Cuatro monitores franceses han sido imputados por un presunto delito de homicidio por negligencia grave por el Juzgado de Instrucción número 1 de Barbastro por la muerte de un joven de 16 años en el pantano de Barasona el pasado 10 de agosto, cuando pasaba unos días de convivencia en un cámping.

El campamento juvenil estaba compuesto por 24 adolescentes y cuatro monitores franceses pertenecientes a una empresa con sede en París, según informaron fuentes de la Guardia Civil, que apuntaron que los monitores se percataron de la ausencia del menor a las 15.00 horas y no avisaron al Servicio de Emergencias hasta cuatro horas después.

Las fuentes citadas afirmaron que este retraso se produjo a pesar de que el último lugar donde los jóvenes integrantes de la colonia de verano habían visto a su compañero fallecido era en el interior del embalse.

Las pesquisas realizadas por la Guardia Civil en el marco de la operación Mopisak para determinar la posible existencia de responsabilidades penales permitieron determinar que los monitores no vigilaban a los menores mientras estos se bañaban en una zona que no conocían. La Guardia Civil entiende, por tanto, que los monitores "omitieron sus deberes como cuidadores, teniendo como consecuencia el ahogamiento de uno de los menores".

Las investigaciones motivaron la apertura de diligencias informativas en el Juzgado de Instrucción número 1 de Barbastro, cuyo responsable ha dictado un auto de imputación contra los cuatro monitores por homicidio por imprudencia grave, el mismo delito que les atribuye la Guardia Civil.

Estas imputaciones serán puestas en conocimiento de las autoridades francesas, a las que se solicitará la detención de los cuatro monitores para su puesta a disposición del órgano instructor encargado del caso.

Tras alertar de la desaparición del menor, el mismo 10 de agosto, las labores de búsqueda se prolongaron hasta la noche y fueron reanudadas al día siguiente, con la ayuda del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS), cuando apareció el cuerpo del menor, a las 9.00 horas. El cadáver fue hallado a unos 30 metros de la orilla y a unos dos metros y medio de profundidad.

El grupo de menores, que pasaba el día en un cámping ubicado en la población de La Puebla de Castro, se encontraba acompañado en todo momento por cuatro jóvenes monitores, los cuales eran responsables de la vigilancia de los adolescentes.