Un joven preso de Zuera, P. D. A. C. P., se enfrenta a una pena de un año de prisión (más) y diez días de localización permanente por una agresión contra cuatro funcionarios a los que, según considera la Fiscalía, atacó cuando le escoltaban al cuarto de cacheos del módulo de aislamiento donde estaba recluido.

Su abogado, Juan Ortiz de Landázuri, defendió ayer en el Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza que las "contradicciones" de los funcionarios --por ejemplo, si entraron o no a sacarle de la celda-- desmontaban su tesis. Para la fiscala, el hecho de que no presentara lesiones comprobables mientras uno de los agentes sí --un rasguño en un dedo y una contusión en el tobillo--, avala la versión policial.

Según esta, un agente le pasó un boli por la reja de la celda, pero advirtiéndole de que lo pidiese "con buenos modos", y el preso le atacó con él. Le trasladaron a otra galería, pero en el camino se revolvió y les atacó, con puñetazos y patadas.