Con algo de retraso (por aquello de las coincidencias con la semana de Pascua) se conmemoraba en el seno de la Asociación de Exconcejales del Ayuntamiento de Zaragoza este año el 3 de abril. Fecha de constitución de los primerios consistorios de la era democrática, que la entidad celebra con la concesión de sus ya tradicionales premios. Galardones materializados en leones como los que tuvo Zaragoza... Y como los que Paco Rallo (padre) esculpió para el puente de Piedra.

Ayer tocaba entregar los premios en el salón de plenos del ayuntamiento. Cita en la que la actual presidenta de la asociación, Carmen Galindo, que también estuvo acompañada, entre otros, de ediles en ejercicio, como Elena Giner, Roberto Fernández o Jorge Azcón o el vicepresidente de las Cortes, Florencio García Madrigal. Frente a ellos, los finalistas de este año, en las tres habituales categorías. En Trabajo Social, los accésit fueron para el proyecto Distrito Danza-Construyendo Ciudades (del Patronato de Artes Escénicas), la Fundación Picarral...

Y el premio recayó en la Fundación Obra Mercedaria, por su labor de reinserción social de presos. En Cultura, los finalistas fueron el libro de Las huellas de la vivienda protegida, de Noelia Cervero, y la iniciativa 11 de febrero, y el premio fue para el proyecto Tranvía Arq. Y, en Urbanismo, hubo accésit para la marquesina autosuficiente CTAZ (de Santiago Elía y David Martínez) y las 105 viviendas VPA de Cesáreo Alierta (de Joaquín y José María Lahuerta, de Ingennus, y Roberto Lacasta y Marcos De Pedro, de A4)... El gran galardón, el 3 de abril de la categoría, recayó en la ampliación del colegio Agustín Gericó de Zaragoza (obra de los arquitectos Carlos Labarta, José Antonio Alfaro y Alejandro Dean). Un premio que hace escuela para sumar a la foto de familia de esta edición.