Existen más elementos que unen a las provincias de Lérida y Huesca que motivos de separación, según expresó ayer el alcalde Fraga, Miguel Luis Lapeña. «Por encima de cualquier enfrentamiento están las personas y el diálogo», aseguró en su intervención inicial del ciclo Diálogos de vecindad organizados en la sede del PSOE fragatino y que sirve como continuación a la Declaración de Mequinenza firmada hace unas semanas por representantes de ambos territorios y en la que se ponía de relieve que, pese a los avatares de la política nacional, la histórica relación fluida y de entendimiento entre los dos territorios no solo es posible sino «imprescindible» para el progreso social y económico.

Durante el diálogo, tanto Lapeña como el alcalde de Lérida, Félix Larrosa, repasaron algunos de los elementos que forman parte del día a día de sus localidades. Entre ellos destacaron el convenio que tienen Aragón y Cataluña y gracias al cual el hospital Arnau de Vilanova de Lérida da asistencia a 45.000 altoaragoneses. También el hecho de que muchos estudiantes de la zona oriental asistan a diario a clase a los institutos ilerdenses y a la Universidad de Lérida.

infraestructuras / El alcalde de Lleida, Fèlix Larrosa, evidenció una relación de «buena vecindad» entre las Terres de Ponent catalanas y los territorios del este de Aragón. «Hay que fortalecer las relaciones sociales, económicas y culturales de ambos territorios», indicó Larrosa, que defendió «con entusiasmo» la puesta en marcha de iniciativas como el Foro para el Diálogo Aragón-Cataluña, en tanto que constituye la «plataforma perfecta» para impulsar iniciativas conjuntas en el ámbito de los servicios a los ciudadanos, las infraestructuras, la economía y la cultura. «Juntos seremos más fuertes», resumió.

Por su parte, el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, insistió en que este esfuerzo «por el entendimiento entre ambas comunidades» no es nuevo y aunque reconoció que existen «posiciones muy distintas entre ambas comunidades», son precisamente esas dificultades «las que hacen más necesarios foros de encuentro y de diálogo» como el que se ha impulsado por las dos provincias.