El debate político provocado por la negativa de las autoridades catalanas a devolver las 44 piezas del monasterio de Sijena que retiene el Museo Diocesano de Lérida siguió ayer situado en el contexto del proceso soberanista a pesar de que el alcalde de Lérida y también presidente del PSC, Ángel Ros, intentó separar las dos cuestiones.

En una entrevista en Catalunya Ràdio acusó al presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, de intentar «pescar en aguas revueltas» tras acusar a la Generalitat de haber realizado su primer acto de desobediencia al Estado con su negativa a entregar las obras. «Nosotros pensamos que nos asiste el derecho», explicó sobre la decisión.

El alcalde de Lérida pidió regresar a la vía del diálogo para resolver la situación. «Creo que existen argumentos suficientes en las dos partes», dijo. Además, recordó que el enfrentamiento por el patrimonio artístico también alcanza a los 112 bienes de las parroquias que se incorporaron a la diócesis de Barbastro-Monzón. «Si los obispos de Lérida, empezando por el obispo Meseguer, no hubiesen tenido una actitud proteccionista y de dar valor a esas obras, en estos momentos estarían en cualquier anticuario europeo o americano», destacó.

Por su parte, Lambán mantuvo la posición política expresada el miércoles en su regreso de las vacaciones. «Cuando los jueces dictan sentencia la discusión se ha terminado», declaró. Para el líder de los socialistas aragoneses la posibilidad del diálogo para solucionar la entrega quedó truncada hace más de un año y no contempla retomarla en ninguno de los casos.

Igualmente insistió en vincular los acontecimientos de las últimas semanas al proceso soberanista catalán. «La Generalitat en este asunto está en posición de rebelión frente al Estado de derecho», aseguró.

La postura de la DGA en estos momentos solo pasa por la ejecución de la sentencia aunque sea con el auxilio de las fuerzas del orden, algo que ya han solicitado formalmente en más de veinte ocasiones.

DOS RECURSOS

El alcalde de Lérida también apoyó firmemente las decisiones tomadas por el Consorcio del Museo al considerar que las piezas que guardan en sus almacenes se compraron «con todas las garantías» que eran necesarias en la época. En este sentido chocó con lo determinado por la sentencia del Juzgado de Instrucción número 1 de Huesca que calificó como «nulas» estas operaciones comerciales.

Además puso sobre la mesa la existencia de dos recursos ante la Audiencia Provincial de Huesca que auspiciarían una situación paradójica en el caso de ser aceptados. «Creo que tenemos que esperar a que se cumpla el recorrido judicial, pues la ejecución cautelar de esta sentencia podría generar situaciones irreversibles», expresó.

En cuanto a las condiciones de traslado de las 44 obras del tesoro monegrino expresó sus dudas sobre la correcta exposición de las mismas en el monasterio de Sijena. «No soy un experto en conservación, pero es evidente que algunas piezas podrían sufrir daños si se ponen en riesgo», dijo.

En estos momentos el conflicto judicial para la recuperación de las piezas de Villanueva está en un punto muerto por la entrada de agosto. La jueza del litigio declinó tomar medidas a lo largo de este mes a pesar de las reiteradas peticiones realizadas por el Gobierno de Aragón.