El director general de Política Lingüística, José Ignacio López Susín, ha reconocido hoy que es "evidente" que no se ha alcanzado consenso en torno a la grafía del aragonés, pero ha recalcado que la resolución al respecto no tiene carácter normativo y, por tanto, es de uso voluntario.

En su comparecencia ante la Comisión de Educación, Cultura y Deporte de las Cortes a petición del PP y de Cs, López Susín ha aclarado que la grafía desarrollada por un grupo de tres expertos propuestos por las asociaciones de hablantes es solo un punto de partida hasta que se constituya la academia de la lengua, que establecerá la oficial.

No obstante, ha asegurado que esta grafía será la utilizada por la Dirección General, 20 entidades, así como destacados escritores y editoriales.

Ha lamentado las "posiciones maximalistas" defendidas por entidades privadas, en referencia a las asociaciones de hablantes, y ha instado a no "sacralizar" la grafía, que es "solo una convención".

Asimismo, el director general ha rechazado el "mantra", mantenido por los populares, de que no se defienden las variedades lingüísticas o de que se utilizan estas políticas como "agencia de colocación" de CHA, partido al que él pertenece, ya que la mayor parte de los maestros fueron seleccionados en la pasada legislatura.

Por último, ante las críticas al llamado "carné de fidelización", ha reiterado que no es para ser "más o menos aragonés", lo que sería "una estupidez", sino para que sus usuarios se sientan partícipes de una "comunidad de hablantes".

Por su parte, la diputada del PP María José Ferrando ha aprovechado su intervención para volver a incidir en la, a su juicio, "deriva nacionalista" a la que está precipitando CHA al Gobierno de Aragón.

En su opinión, la formación aragonesista lo que hace es "pervertir" el "principio de respeto" que presidía la Ley de Lenguas de 2013, algo que "queda feo con todo lo que está ocurriendo en Cataluña" y es el "germen" de algo.

El actual contexto político, ha continuado, les ha proporcionado "aire" para "campar a sus anchas", "inventar una 'luenga' para Aragón", establecer "cómo, dónde y qué tienen que hablar los aragoneses" y crear su particular "agencia de colocación".

Ferrando ha concluido diciendo que "este debate no le interesa a la gente", que quiere hablar "inglés, francés, alemán, ruso o chino tibetano" y que solo les interesa hablar "fabla" a los que quieren "colocarse" con CHA.

Por la otra parte proponente, la portavoz de Ciudadanos, Susana Gaspar, se ha mostrado "bastante preocupada" por el "desaguisado" creado en torno a la grafía, que ha criticado por no ser de consenso y no haber contentado a los hablantes.

"Empezamos la casa por el tejado", ha criticado, y ha urgido al Gobierno autonómico a atenerse a la legalidad vigente, constituir la academia y, entonces, empezar a trabajar en la grafía con consenso.

En el turno del resto de grupos parlamentarios, el socialista Darío Villagrasa ha lamentado que haya habido "mucho ruido" y ausencia de propuestas constructivas y de abordar la política lingüística con seriedad.

Desde Podemos, Amparo Bella ha expresado su preocupación por que a mitad de legislatura todavía no se haya tramitado la reforma de la vigente Ley de Lenguas, votada en contra por los dos grupos que componen el Gobierno y que se comprometieron a cambiar, además de por la manera "chapucera" de abordar la grafía, con falta de transparencia y participación.

María Herrero (PAR) ha asegurado que a ella no le importa que el Gobierno autonómico adopte una "deriva nacionalista" y que les tiende la mano, pero que al final se van al "radicalismo" y se dedican a generar "rencillas".

En representación del Grupo Mixto, Gregorio Briz (CHA) ha ido más allá y ha afirmado que a PP y Ciudadanos les importa "un pito" defender el aragonés y que el problema es que el Estatuto de Autonomía "les saca sarpullido".

"Llevamos casi ocho años de deriva nacionalista española y la estamos respetando porque fueron elegidos democráticamente", ha añadido en respuesta a la diputada popular.