Los abuelos paternos del menor no han perdido la esperanza de que el niño pueda llevar, en un futuro, una vida normalizada al lado de su familia "de sangre". Aseguran que utilizarán todos los instrumentos legales que tengan a su alcance para conseguir que su nieto llegue a integrarse en el entorno de su familia biológica.

"He trabajado toda mi vida en el Ayuntamiento de Gijón y puedo mantener a mi nieto, que es el noveno, tan bien como el matrimonio de Huesca. Los jueces nos dan la razón para que venga a vivir con nosotros. La Consejería no hace más que engañarnos y ponernos trampas porque, con las sentencias a nuestro favor, seguimos sin el guaje", explica el abuelo paterno, Miguel A.R.B.

Su mujer, Clara D.A.B., está convencida de que aunque sean unos desconocidos para el menor "los lazos de sangre, al final, siempre tiran" y no se plantea la posibilidad de que el niño pueda sufrir secuelas irreversibles si se le obliga a salir del entorno de su familia preadoptiva, a la que tiene como único referente. "No tendría por qué haber problemas, porque el niño podría estar en un centro de acogida en Asturias para que se realizaran las visitas hasta que se acostumbrara a nosotros", ratifica.

Los encuentros que han mantenido con el pequeño no han servido para acortar las distancias no sólo geográficas, sino también sociales y culturales que separan los dos ambientes. Su familia biológica atribuye la frialdad en la relación a la falta de convivencia y a las dificultades que tienen para comunicarse con él sin la presencia de sus padres preadoptivos o los psicólogos que realizan el seguimiento de la evolución del niño. "Yo le pregunté una vez al niño si quería venir con los priminos a Asturias. El decía que sí el primer día, pero al día siguiente miraba a sus padres y no hablaba. Nosotros somos de origen portugués y no sabemos si detrás de todo esto hay alguna actitud racista porque hasta en un informe de Gijón decía que pertenecíamos a una minoría étnica", se lamenta la abuela que ha recogido firmas entre los vecinos para respaldar su petición para que su nieto resida definitivamente en el Principado.