El Parque Tío Jorge de Zaragoza vivió ayer su gran fiesta y lo hizo por todo lo alto. Todo invitaba a celebrar la Cincomarzada. El tiempo era primaveral, había actividades para todos los gustos y las peñas desplegaron su alegría y sus barras. Un cóctel explosivo que acabó atrayendo a más de 130.000 personas a este pulmón verde de la margen izquierda que solo tenían la obligación de disfrutar de la fiesta más reivindicativa del año.

Además la de ayer era especial, porque la Cincomarzada estaba de cumpleaños. Nada menos que 40 años de protesta en la calle, de reivindicaciones de los barrios y de hitos alcanzados que ayer volvieron a salir a relucir, pues muchos son muy conocidos, como la reforma integral de la avenida Cataluña, la adecuación de los solares abandonados, la reducción de las listas de espera en los hospitales, la mejora de las frecuencias de las líneas de bus. A estos se unían otras entre las que descataban las mejoras de los servicios en los barrios del sur.

El presidente de la Federación de Barrios de Zaragoza (FABZ), Manuel Arnal, aseguró con gran satisfacción que se había celebrado una Cincomarzada «como las de antes», plagada de zaragozanos dispuestos a pasar una jornada de lucha vecinal entre calderetas de ranchos, paellas, barras de bar, charangas y 40 cabezudos que, desde la plaza del Pilar e inmersos en la marcha de los barrios, recorrieron las calles del Arrabal y amenizaron la jornada.

Y claro, los cabezudos tienen tanto tirón o más que una estrella de rock -o de indie, tan de moda- y eso influyó en que se convirtiese en una de las celebraciones que más gente ha reunido «en los últimos 15 años». Según Arnal, alrededor de 130.000 personas de todas las edades eligieron el parque Tío Jorge para pasar el día festivo que este año centró en tres sus principales reivindicaciones. En primer lugar, la «urgente» aprobación del presupuesto de la ciudad, única herramienta para que los barrios sigan avanzando. Segundo, una revisión «justa» del Impuesto de Contaminación de Aguas (ICA), que «tendría que ser solidario y eficiente», precisó Arnal. Y tercero, el apoyo a la reivindicación feminista por la igualdad del 8-M. «Es el día de las mujeres y hay que echar toda la carne en el asador y ahí estaremos, con las compañeras», gritó en un escenario que, este año sí, estaba cubierto por una enorme carpa adecuada a la Ley de Espectáculos que, según la FABZ, ha provocado una disminución del número de estands.

De los presupuestos poco se escuchó hablar a los ciudadanos en los corrillos, pero pocos eran los que no se quedaban a disfrutando de la batucada del 8-M que a buen ritmo amenizó la hora del vermú y sirvió de preludió de lo que será la jornada del viernes. También se repartieron unas simbólicas tarjetas para poder pagar el ICA. Ya puestos a tener que hacerlo, que sea con humor y con un plástico con un diseño especial.

DE PRECAMPAÑA

Quién sí habló de las cuentas del 2019 fue el alcalde, Pedro Santisteve, que se comprometió a hacer todo lo posible, incluso aceptar las enmiendas del PSOE, para aprobarlos. La cita de ayer, por muy vecinal que fuera, también fue la mejor galería preelectoral. Candidatos de todos los partidos -salvo el PP que no acudió- se pasearon de un lado a otro, luciéndose y dejándose notar entre sus votantes potenciales. El alcalde fue uno de los más aclamados y ayer se dio un baño de masas donde recibió un gran número de apoyos e incluso se lanzó a cantar eso de «ista... ista... ista... Zaragoza feminista» junto a varias mujeres que acudieron a su encuentro.

Para el primer edil, que la Cincomarzada se celebre desde hace 40 años evidencia que «el movimiento vecinal se ha consolidado». «Es importante que sus reivindicaciones estén presentes y se manifiesten a través de las instituciones», aseguró. Santisteve señaló que «una ciudad no está al servicio de las especulaciones, sino al de los barrios». Las peñas, como acostumbran, se encargaron de dar mucho colorido, pero sobre todo, de crear un olor a fiesta. Una combinación de paellas, chorizos y longanizas a la brasa, ranchos y migas hacía casi imposible que uno se resistiese a degustar uno de estos platos.

«Ayer pelamos y cortamos más de 60 kilos de patatas», comentaba Anun Sanz, de la peña Pechín, mientras veía como tres compañeros de su agrupación les daban vueltas en una caldereta de grandes dimensiones mezcladas con sepia con la que preveían dar 150 raciones. «La sepia es para compensar el desayuno de huevos con jamón y longaniza », bromeaban. «En la Cincomarzada se come colesterol», apuntaba otro. Y así era. Porque peña por peña en todas se compartía el menú que constataban qué tipo de gastronomía se demanda en un día así. Y claro, unas comidas tan copiosas requerían de unas refrescantes cervezas. «Aquí puede faltar de todo menos el barril de cerveza», decían.

EN EL PARQUE OLIVER

La celebración de la Cincomarzada llegó hasta el barrio Oliver-Valdefierro, donde no tuvieron descanso durante toda la mañana. En esta zona de la ciudad la mañana comenzó con el ensayo, esta vez con público, de la cofradía de Semana Santa que cada día acude al parque Oliver y continuó con uno de los momentos más aclamados por sus vecinos, el almuerzo vecinal donde la longaniza frita se convierte en la más deseada. Pero no todos pudieron degustarla porque muchos participaron en la carrera popular que cada Cincomarzada organizan. Tras un poco de ejercicio, la banda Adeban amenizó la jornada.