El niño de diez años que el pasado viernes, 26 de septiembre, sufrió una electrocución en el Centro Aragonés del Deporte (CAD) del Actur, en Zaragoza, tendrá que volver a pasar por el quirófano. El pequeño J. había sido dado de alta tras salir del coma en el hospital Miguel Servet, pero el pediatra le ha detectado un agujero en la zona superior del cráneo, de unos cinco centímetros, según fuentes familiares, que había pasado desapercibido, oculto por la quemadura de la piel. El joven ingresará mañana de nuevo en el hospital para ser intervenido el jueves.

El pequeño se electrocutó cuando jugaba al escondite con unos amigos en las proximidades del citado recinto deportivo, junto a los campos de la Federación Aragonesa de Fútbol. Al parecer, sufrió el accidente por un armario de control eléctrico defectuoso, que por algún error daba corriente a una valla contigua instalada con motivo de las fiestas del Pilar.

La investigación del accidente ya ha concluido, pero las diligencias permanecen bajo secreto de sumario al menos hasta comprobar todas las secuelas que le hayan quedado al joven.

MILAGRO

El niño quedó inconsciente tras la descarga, e ingresó en la UCI de Pediatría en estado crítico. Pero de forma "milagrosa", según fuentes de su entorno, despertó a los tres días sin aparentes secuelas cerebrales. Sí tenía quemaduras por el paso de la corriente en la mano y la rodilla, por donde al parecer salió la descarga. Además de las lesiones en el cráneo.

Estas fueron tratadas en un principio como quemaduras, y los médicos le dieron el alta para que el pediatra siguiera con el tratamiento y diera parte de cualquier problema. Y el especialista, durante las curas, ha detectado que bajo la piel quemada existía una oquedad en el cráneo, que lógicamente tendrá que ser operada.

La familia indicó que el niño, salvo por el vendaje en la cabeza, se encuentra en buen estado de salud, aunque le dieran el alta "antes de hora". "Pasó un ángel --insistieron-- porque estuvo muerto y ahora está bien". Aunque lógicamente tiene dolores en la cabeza, que esperan que se solucionen tras la operación del jueves.

Después quedará la recuperación, tanto de la nueva intervención como en la unidad de Quemados, por el resto de las secuelas. Y los tribunales tendrán que decidir quién tiene la responsabilidad, si la hay, por el aparente mal funcionamiento del armario eléctrico del CAD. Unas instalaciones propiedad del Gobierno de Aragón, pero cuya acometida eléctrica, como la de toda la ciudad, fue instalada por el Ayuntamiento de Zaragoza.