El nuevo rastreo que los guías caninos de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana de Madrid llevaron a cabo anteayer y ayer en el Ebro, en busca del cuerpo de Victor da Silva, concluyó sin resultados. Los perros Kai --un perro de aguas-- y Héctor --un pastor belga--, especializados entre otros ámbitos en encontrar cadáveres sumergidos, peinaron el Ebro entre las proximidades del azud de Vadorrey y la presa de Pina. El grupo de Homicidios de la Policía en Aragón considera que el joven se cayó al río por accidente, en Año Nuevo, y su cuerpo pudo quedar atrapado en el embalse.

Los animales, que han participado entre otros casos en las búsquedas de los cuerpos de los niños Ruth y José Bretón, asesinados por su padre en Córdoba, y Vanessa Barrado, asesinada y descuartizada en Cadrete, no encontraron ningún rastro de olor concluyente en estas dos jornadas. Fuentes policiales descartaron que se vuelvan a requerir sus servicios en este caso, aunque aclararon que la búsqueda no se detendrá.

Hasta el momento han contado con el apoyo de un dron --aeronave no tripulada-- para analizar el Ebro, perros de la Diputación Provincial de Zaragoza, los buceadores de los GEO de la Guardia Civil y los agentes de Homicidios y Seguridad Ciudadana para patrullar las orillas del Ebro y el Gállego. También la zona de la plaza Mozart, donde se pierde el rastro del joven --la señal de su móvil-- cerca del mediodía de Año Nuevo. Supuestamente, cuando volvía a su casa de Vadorrey desde Ranillas.