La familia okupa que se había instalado en un piso vacío de Residencial Paraíso, en la zona más cotizada del centro de Zaragoza, ha abandonado el edificio la medianoche pasada de forma voluntaria y sin que se hayan producido incidentes. La operación se ha llevado a cabo bajo vigilancia de la Unidad de Apoyo Operativo (Uapo) de la Policía Local y también de la Policía Nacional.

Agentes de ambos cuerpos han realizado una labor de mediación, en medio de la expectación de los vecinos. Al final todo se ha resuelto de forma pacífica y sin incidentes. Los okupas, los tres que quedaban de un total de siete que había inicialmente, han podido reubicarse en la casa de unos amigos o familiares, según fuentes municipales.

Llevaban nueve días en la casa, situada justo detrás de El Corte Inglés, en la calle León XIII, y habían tenido acceso al piso tras pagar 3.500 euros a una persona de una organización ilegal que busca viviendas deshabitadas y facilita la entrada a los okupas. El piso es propiedad de Banco Santander, que ha procedido a instalar una puerta de seguridad en cuanto se ha quedado libre la vivienda.

Un okupa pide dinero para irse, según la comunidad

Al parecer, uno de los okupantes ha solicitado una elevada cantidad de dinero para abandonar el edificio que no se le ha concedido. En cambio, sí que se ha permitido que uno de los que estaban en la calle subiera al piso con un biberón para lactantes.

En total, la Policía ha sido llamada cuatro veces la noche pasadas, dos o tres de ellas por los okupas a los que se impedía subir a la vivienda y una por parte de un vecino que ha denunciado que oía fuertes golpes. Al final, los propios agentes han ayudado a los intrusos a bajar a la calle los muebles y distintos enseres del hogar.

Fuentes de la comunidad de propietarios de Residencial Paraíso han indicado que los okupas han abandonado el piso sin oponer resistencia y que, cuando los responsables del bloque ha entrado a comprobar el estado en que había quedado, se han encontrado "con numerosos destrozos".

Aprovechar las visitas de la inmobiliaria

Aprovechar las visitas de la inmobiliaria La comunidad cree que los okupas llevaban tres días en el piso. Un portavoz de los propietarios ha asegurado que es el primer caso de allanamiento que se produce en la urbanización en relación con pisos propiedad de entidades bancarias.

Es posible, según la misma fuente, que las personas que facilitaron el piso a los okupas previo pago de 3.500 euros fueran a ver primero la vivienda aprovechando las visitas que las inmobiliarias ofrecen a los interesados en adquirir propiedades.

"La contratación de vigilantes y la adopción de medidas de seguridad han facilitado el desalojo pacífico del piso", ha señalado la misma fuente. "En ningún momento se les ha cortado la luz y el agua, todo se ha hecho de forma legal, hasta conseguir su salida voluntaria", ha añadido.

Reubicados en casa de unos amigos

En el piso llegó a haber siete personas, cinco adultos y dos niños de muy corta edad, pero cuando ha entrado la Policía solo se hallaban dentro Mohamed, que es de origen magrebí y lleva en España desde los 6 años, su esposa y el bebé de ambos.

En la mañana de ayer, la vigilancia que la comunidad ha puesto a la entrada del bloque consiguió retener fuera del edificio a cuatro de ellos (otra pareja, un familiar y un niño) que habían salido a la calle a comprar o realizar otras gestiones.

Los okupas manifestaron que eran personas "tranquilas", que respetaban todo y no hacían ruido. También señalaron que se habían visto abocados a entrar en un piso ajeno porque no tienen trabajo y por el problema que supone vagar por las calles en época de pandemia de coronavirus.