Un joven de 30 años ha sido juzgado este miércoles en la Audiencia de Zaragoza por supuestos abusos sexuales a una menor de 12 que le hizo creer que era mayor de edad y que en realidad tenía 21 años. La denunciante, por su parte, ha reconocido que le mintió sobre su edad y que él dudaba sobre los años que tenía realmente.

A. L., que se enfrenta a 10 años de cárcel, ha asegurado que se enteró de la "edad real" de la menor cuando fue detenido en junio del 2017, un mes de iniciada relación, que empezó en un chat de las redes sociales y que luego siguieron por wasap hasta conocerse personalmente y mantener relaciones.

"Aparentaba menos años de los que decía tener, pero aun así era una persona responsable y centrada", ha dicho el imputado. "Me dijo que era camarera y que trabajaba en un bar de copas más allá de La Mueal, y lo cierto es que se inventó una película que a mí me hizo creer", ha añadido.

"Nunca sospeché que tenía 12 años"

"Nunca sospeché que tenía 12 años, me creí totalmente que tenía 21, es más ella se enfadaba cuando alguien le decía que no aparentaba su edad", ha subrayado A. L., cuya abogada defensora, Raquel Ginés, ha pedido la libre absolución alegando que su cliente desconocía la edad real de su pareja y que esta, en muchos aspectos, físicos y de mentalidad, da la impresión de tener una edad mayor que la biológica.

Por eso, ha añadido el imputado, "no vio nada malo" en mantener una relación "adulta y normal" con ella. "De hecho ella tenía más experiencia que yo en la intimidad", ha relatado.

La menor ha declarado detrás de una mampara para preservar el anonimato y ha dicho que las relaciones sexuales fueron "consentidas". "Yo nunca le dije que tenía 12 años, le dije que tenía 21", ha explicado la denunciante, que por aquella época se escapó de casa. "Siempre ha aparentado más edad", ha precisado.

Madurez física y mental

Asimismo ha manifestado que no es cierto que le hubiera contado que trabajaba de camarera y que él "dudaba" de su edad, si bien sí sabía que era menor de 16 años.

La madre de la menor ha señalado que veía a su hija "como una niña de 12 años" y una experta que la examinó ha indicado que el aspecto de la menor se correspondía con su edad real, si bien su grado de madurez era superior al de su edad física.

Las psicólogas que la examinaron han dicho que la menor, que llegó a estar bajo tutela de la DGA, presentaba "muchos problemas familiares y sociales", lo que producía una falta de estabilidad en su vida. En cuanto a la edad mental, han señalado que era madura en cuanto a identidad y autonomía, con aspectos avanzados en material sexual, pero que su "impulsividad" revelaba la inmadurez de su personalidad.