El plan de recorte del gasto corriente en el Ayuntamiento de Zaragoza, que debe acabar con el desajuste económico de las cuentas municipales, no se aplicará de inmediato. Las propuestas de ahorro del responsable del departamento de Economía, Alberto Lafuente, presentadas ayer a la Junta de Gobierno, chocan con los intereses de los responsables políticos de PSOE y CHA, reticentes ante cualquier rebaja presupuestaria en sus respectivos departamentos. La junta aprobó algunas medidas para exigir una "estricta disciplina" en la ejecución del gasto, pero aplazó el programa global que debe atajar el desequilibrio presupuestario.

El exhaustivo informe de Lafuente diagnostica la situación en las finanzas municipales y proponE acciones concretas, pero las alusivas al recorte efectivo del gasto deberán perfilarse en un nuevo plan, sin fecha, que se debatirá en la Junta de Gobierno.

Fuentes del equipo de Gobierno reconocieron que tanto los responsables de la gestión del PSOE como los de CHA se resisten a perder capacidad económica en sus parcelas. "La distribución del presupuesto ha costado muchas horas de negociación como para empezar ahora a cambiar cosas", precisaron.

El programa que elaborará Lafuente con los servicios municipales complementará las medidas para optimizar el gasto que ya se aprobaron ayer. Entre ellas destaca la restricción impuesta a la modificación de créditos en los presupuestos, una práctica con larga tradición en el consistorio que, según el responsable económico, perjudica a los resultados a fin de año.

Salvo en casos muy especiales, como puede ser la ejecución de sentencias, los cambios de partidas sólo podrán hacerse entre proyectos de una misma área municipal. Las facturas sin consignación deberán ser asumidas, además, por el departamento que las haya remitido a Intervención.

Además, cada inversión que se proponga --una calle, un parque, una biblioteca-- deberá incorporar una memoria en la que figure el coste de personal, gasto corriente y equipamientos que suponga durante los seis años siguientes a su ejecución, y si es posible captar financiación externa.

En su análisis de la situación financiera de la ciudad, el informe de Lafuente concluye también que la presión fiscal ha disminuido en Zaragoza en los últimos años. El delegado de Economía explicó que la referencia en la subida de impuestos no debe ser el IPC, sino el aumento del Producto Interior Bruto, y señaló que el recibo medio del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) es más bajo en Zaragoza, por ejemplo, que en cualquier de las seis ciudades más importantes del país. Como punto débil de la ciudad, destacó la falta de infraestructuras.