La reducción del número de atropellos en las áreas urbanas, así como la disminución de su gravedad, pasa por la remodelación de calles, plazas y avenidas, según apunta Juan Luis de Miguel, experto del Centro Zaragoza."Para aumentar la seguridad de los viandantes caben dos tipos de medidas --afirma--, unas destinadas a calmar el tráfico y otras a disminuir e incluso eliminar el flujo de vehículos, como ocurre con las calles peatonales". Los sistemas para calmar el tráfico entrañan la instalación de badenes, bandas rugosas y pasos elevados para peatones. "Se ha comprobado que estos elementos reducen la velocidad en un 20% --comenta De Miguel--, pero también presentan inconvenientes, como el incremento del ruido y la posibilidad de aumentar los daños en vehículos".