El pueblo oscense de Roda de Isábena destapó ayer el cartel que le acredita oficialmente como uno de los Pueblos más Bonitos de España, tras su inclusión en la red en enero de este mismo año. Con 52 personas censadas, cientos de personas se acercaron a este municipio que resulta ser, además, la localidad más pequeña de España con sede catedralicia.

El acto oficial de proclamación arrancó en la sala La Torre Gorda, con un acto de bienvenida y presentación del pueblo. Allí se explicó la importancia que tiene para el municipio formar parte de este selecto grupo y el impacto y proyección que generará a nivel turístico. Sus vecinos pudieron conocer detalles sobre este reconocimiento y los proyectos que tiene previsto llevar a cabo la Asociación de Los Pueblos más Bonitos de España en beneficio de su pueblo.

«Con la inclusión en esta red de calidad sabemos que el deseo de aumentar el número de visitantes y de familias viviendo en el pueblo se podrá hacer realidad, donde las actividades tradicionales de ganadería, agricultura, turismo y servicios, puedan aumentar cada año y veamos más niños corriendo por nuestras calles», afirmó Joaquín Montanuy, alcalde de Isábena.

El presidente de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, Francisco Mestre, felicitó a los asistentes de esta manera: «Desde hoy -por ayer- sois oficialmente uno de los pueblos más bonitos de España, pero también del mundo, uno de los 500 bellos pueblos que pertenecen a la federación internacional, preocupada y ocupada en cuidar el patrimonio y a sus gentes en países como Francia, Italia, Rusia, China, y otros muchos».

Este municipio ubicado en la comarca de la Ribagorza cuenta con la catedral de San Vicente. Este patrimonio tiene la característica de que la cripta está descubierta y sobre ella se encuentra el altar, sustentada por tres arcos. El claustro, de entrada libre, también es otro punto muy bonito de la catedral. En una de las alas de este espacio podemos encontrar el restaurante de la Hospedería Roda de Isábena, instalado en el antiguo refectorio cisterciense.

La catedral de Roda ejerció como tal hasta el año 1149, año en que su jurisdicción eclesiástica pasó a Lérida, una vez fue reconquistada por los cristianos.