Las decisiones de política monetaria del Banco Central Europeo afectan a muchos agentes económicos. También a Ibercaja. El banco aragonés ya ha decidido que no realizará su salida a bolsa esta primavera ante un horizonte en el que las subidas de tipos parecen alejarse.

Y es que en el actual escenario, el entorno de bajos tipos de interés es uno de los grandes enemigos para dar el salto al parqué. Porque los márgenes del banco son muy escasos y las expectativas a corto plazo no son demasiado halagüeñas. El crédito de Ibercaja ronda los 31.000 millones de euros, por lo que un punto más de euríbor podría suponer hasta 300 millones en el resultado de la entidad, es decir, unos 100 millones más de beneficio al año. Y eso el mercado también lo valora.

Ibercaja debe afrontar en los próximos meses una de las decisiones más trascendentes en sus más de 140 años de historia. La entidad deberá decidir cuál es el momento más oportuno para salir a bolsa, una decisión condicionada por infinidad de variables, algunas de las cuales escapan al control del propio banco.

Aunque fijar una fecha es imposible, se había barajado que el salto al parqué se produjera a lo largo del segundo trimestre de este año o en el cuarto. Sin embargo, las últimas decisiones del BCE han descartado dar el salto al parqué esta primavera. Así, la salida a bolsa se producirá en el ultimo trimestre de este año o a lo largo del primer semestre del 2020. «Lo que se descarta es esperar a finales del 2020 porque eso nos penalizaría en precio seguro», indicaron ayer fuentes de la entidad.

El salto al parqué es algo a lo que se ve obligada la entidad por la aplicación de la normativa española sobre antiguas cajas de ahorros que establece el 2020 como fecha límite para reducir las participaciones de las fundaciones. En concreto, la Fundación Ibercaja debe disminuir su participación en el banco por debajo del 50% (hoy es del 87,8%), lo que obligará a poner en el mercado más de un 35% de acciones.