No han mantenido ninguna reunión, pero el sindicato de enfermería de Satse Aragón, el de profesores ANPE Aragón y la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Aragón (Fapar) muestran un consenso colectivo sobre la necesidad de contar con profesionales de enfermería en los centros educativos de la comunidad.

La demanda no es nueva, pero vuelve al primer plano con el inicio del curso escolar y después de que el pasado 24 de junio se publicara en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) una orden del anterior Ejecutivo referente a la atención sanitaria no titulada en los centros educativos. Esta no contenta a ninguno de los colectivos, porque "invade competencias del personal sanitario que no corresponden a un profesor", esgrimen.

Así, la resolución vigente no supone la implantación de la figura de la enfermera escolar, sino que establece una serie de instrucciones para que los docentes sepan cómo afrontar las situaciones, ya sean leves o graves, como la atención a niños enfermos crónicos por patologías como diabetes, asma o epilepsia. "Esta es una reivindicación histórica y la resolución de junio es un despropósito. Una enfermera en clase atendería urgencias como caídas, mareos o resfriados hasta el suministro de una medicación a un niño con una patologiá crónica", explicó Ana Asín, secretaria de acción sindical de Satse. En Madrid ya funciona la figura de la enfermera escolar y está en marcha un proyecto piloto en Cantabria.

ATENCIÓN PUNTUAL

"Nos hubiera gustado tener en este curso ya un profesional de referencia. No son enfermedades que impiden la escolarización, pero sí requieren de una atención puntual y que puede trastocar la vida de los padres, que tienen que ir al centro a dar la medicación a su hijo", apuntaron desde Fapar.

Por su parte, el sindicato independiente de profesores Anpe Aragón exige la retirada de la normativa vigente. "La mala praxis debida a la inexperiencia o al desconocimiento del docente puede conllevar problemas y también afectará a la organización de las clases", dijo la portavoz, Teresa Hernández.

Mientras tanto, los cursos de formación sanitaria para profesores ofrecidos desde el Centro Aragonés de Recursos para la Educación Intercultural (Carei) y el Centro Aragonés de Tecnologías para la Educación (Catedu) han tenido "muy buena acogida", según sus directores. "Desde el 2013 se pueden hacer online y tienen mucha demanda", explicó Coral Elizondo, directora del Carei. En el Catedu, el aforo también fue alto el curso pasado. "Fueron 57 los que superaron el curso de 40 horas y solo cinco lo suspendieron", añadió el director Javier Quintana.