El exgrapo Fernando Silva Sande pasó ayer su primera noche en la cárcel de Zuera (Zaragoza). El magistrado de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, así lo acordó para que a lo largo de la semana que viene sea sometido a una prueba neurológica que arroje luz al paradero del cadáver del empresario Publio Cordón.

Según la abogada del excomponente de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), Natalia Crespo, las autoridades tienen tres días para practicarle dicho análisis en el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), que acaba de crear una unidad pionera especializada en neurociencia forense.

El terrorista arrepentido se someterá voluntariamente a dos tests, sufragados por la familia Cordón: la prueba P-300 y la N-400. A la primera ya se sometieron el presunto asesino y descuartizador de Ricla, Antonio Losilla, y el asesino confeso de Marta del Castillo, Miguel Carcaño. La segunda es más cercana a una prueba de la verdad.