El caso de Ricardo Gutiérrez, un zaragozano de 66 años, es cada vez más frecuente, según denuncia Stop Accidentes: el del conductor que se da a la fuga tras provocar un siniestro. Este padre de familia con cinco hijos, que regresaba a casa tras cenar con unos amigos, fue arrollado por un coche que competía con otros dos por las calles del barrio de Las Fuentes.

"Era el 16 de febrero del 2003, el mismo día en que miles de personas se manifestaron en Zaragoza en contra de la guerra de Irak", recuerda su hijo David, de 29 años. "De los tres coches implicados, la Policía logró localizar a dos, pero los conductores fueron absueltos por falta de pruebas".

El tercer implicado nunca apareció ni fue descubierto. "El principal sospechoso, que ni siquiera tenía carnet y que iba en el coche de un hermano, quemó el vehículo después del accidente, para borrar todas las huellas del atropello", asegura David.

El otro acusado, que conducía un Audi, declaró que iba a 50 por hora, "cuando, según testigos presenciales, los tres coches iban haciendo carreras por Compromiso de Caspe, a toda velocidad".

David insiste en que él y su familia no buscan un resarcimiento económico, cifrado en los 90.000 euros que las compañías aseguradoras abonan por fallecido.

"Lo que queremos es que se haga justicia, que se condene al culpable, pero no por venganza, sino porque pensamos que si se aplica la ley con dureza es posible que se conduzca de una forma más responsable y se eviten muchos accidentes", comenta.

Sin embargo, el caso volverá a los tribunales, pues la Audiencia de Zaragoza apreció problemas en la instrucción. La nueva vista se celebrará en marzo.

"Lo que más me llama la atención --asegura-- es que muchas de las muertes en accidentes de tráfico podían haberse evitado, que son unas muertes gratuitas, absurdas".