Numerosas calles de San José tienen la doble fila como parte de su paisaje diario. Las dificultades para encontrar aparcamiento son un mal endémico de muchas zonas comerciales y llevan años reclamando una solución. Se le dio recientemente a la calle Monasterio de Samos, donde se solicitaron cerca de cien plazas para la zona azul y naranja. Y ha logrado atajar el problema, pero este no afecta solo al horario de apertura de los establecimientos.

Muchos inmuebles carecen de garaje y las familias ven cómo la gente joven no permanece en el barrio. El comercio de proximidad también lo sufre, con calles colapsadas que acaban derivando a los clientes a las grandes superficies o supermercados próximos ante la imposibilidad de encontrar un hueco donde dejar el coche. Por eso, vender plazas de párking subterráneo podría ayudar a dar una solución.