El consejero de Vertebración del Territorio del Gobierno aragonés, ha visitado hoy los trabajos de consolidación y estabilización de laderas en un tramo de la carretera A-132 a su paso por Murillo de Gállego (Zaragoza) en el que se registraban frecuentes desprendimientos.

Según informa el Ejecutivo regional, las obras han permitido, además, ampliar un metro la anchura de la calzada y mejorar tanto las vallas de seguridad como el firme el firme.

"Con esta intervención -ha destacado Soro- mejoramos la seguridad vial en una carretera de acceso al Pirineo y que supone la vía alternativa a la N-330 que discurre por el puerto de Monrepós".

Ha recordado que se trata de una obra "necesaria" desde hace décadas porque esta zona de montaña ha sufrido de forma regular deslizamientos y desprendimientos de piedra y tierra.

El responsable político ha destacado, además, que en abril de 2018 se produjo un gran deslizamiento de ladera en la N-330 que obligó a su cierre durante varios días.

La carretera A-132 absorbió prácticamente todo el tráfico al convertirse en la vía alternativa a la N-330 como punto de acceso al Pirineo.

Sin embargo, como consecuencia de las intensas lluvias registrada en esas fechas, se produjo un desprendimiento en el punto kilométrico 41,7 de la A-132, en el término municipal de Murillo de Gállego, que obligó a cortar también esta vía durante varias horas.

Soro ha explicado su departamento actuó entonces con rapidez para habilitar medidas para garantizar el paso del tráfico y la seguridad vial de manera provisional a través de este eje.

Tras superar esa situación, "entendimos que era necesario acometer una obra de mayor envergadura para evitar nuevos desprendimientos y mejorar la estabilidad de los taludes de la zona" ha destacado.

Los trabajos que se han llevado a cabo han incluido el desbroce y saneo del talud, así como la retirada de los cascotes sueltos y de las piedras inestables.

Tras estas labores, se han construido unos muros de escollera de 30 y 20 metros y 4 metros de altura en la zona del talud y un muro de 40 metros de longitud y 6 metros de altura en el de la calzada hacia el río.

Con esta escollera se ha logrado ampliar la anchura de calzada y se ha podido separar la calzada de la zona del talud, lo cual aportará mayor seguridad a los usuarios.

Además, se han realizado movimientos de tierra y excavaciones para mejorar la cimentación, se ha trabajado en las cunetas y se han ejecutado obras de fábrica para la mejora del drenaje.