LAS PINTURAS DE SAN AGUSTIN. Me parece una vergüenza el poco respeto que tenemos en esta ciudad por los restos arqueológicos. La manera en la que conservamos las pinturas que se hallaron en la calle San Agustín es para quedarse helado. Al Gobierno de Aragón parece no importarle que esas pinturas se estropeen por la humedad y el paso del tiempo. Ahí siguen los plásticos, nueve meses después de que se colocaran, sin que todavía se haya optado por una solución alternativa. Y, entre tanto, a los vecinos se nos revuelve la tripa cada vez que pasamos por delante de los murales. Confío en que la DGA se ponga a trabajar en serio de una vez. Nuestro Casco Histórico es una joya que las autoridades no valoran en absoluto. IGNACIO TIRAPU. ZARAGOZALAS BRIGADAS ANTIRRUIDO. Por fin se ponen en marcha las brigadas antirruido en Zaragoza. Como vecina de la calle Fita, todas las noches de los fines de semana me veo obligada a soportar los ruidos ensordecedores de los motores de las motocicletas a horas intempestivas de la madrugada. Espero que las patrullas pasen por esta calle, aunque dudo de que seis agentes sean suficientes para controlar las infracciones por contaminación acústica que se desarrollen en todos los rincones de la ciudad durante el día. Una unidad para las noches también la veo insuficiente. En cualquier caso, ójala que esta iniciativa no finalice el próximo mes de septiembre. Y, ójala también, que haya agentes para controlar otra clase de ruidos que suelen interferir en el sueño de los ciudadanos de Zaragoza.

LAS BRIGADAS ANTIRRUIDO. ALEJANDRA TORRENS CALVO. ZARAGOZASUCIEDAD EN LAS CARRETERAS URBANAS. El enlace a la antigua A-68 desde el paseo María Agustín está lleno de botellas, latas y papeles a ambos lados de la vía. Convendría que el Ayuntamiento de Zaragoza limpiara la zona para no transmitir una imagen de dejadez a los que visitan nuestra ciudad. Además, cuando hay viento, esos desperdicios suelen terminar en medio de la calzada, lo que interfiere en la circulación.

SUCIEDAD EN LAS CARRETERAS URBANAS. ALBERTO GARCIA. ZARAGOZA