Alcaldes del Baix Segre, la zona de la Plana de Lleida que limita con Aragón, han mostrado hoy su malestar porque la comunidad vecina no se ha sumado al tratamiento contra la mosca negra iniciado por la Generalitat en aguas de la parte catalana del Cinca y el Segre, como es habitual cada año.

Según ha informado la delegación del Govern en Lleida, en el transcurso de una reunión de trabajo, el alcalde de La Granja d'Escarp, Manel Josep Solé, ha transmitido al delegado del Govern en Lleida, Ramon Farré, su malestar porque el Gobierno de Aragón siga sin tomar medidas para combatir la mosca negra en su parte administrativa del Cinca.

Los alcaldes consideran que esta inacción reduce la efectividad del tratamiento que lleva a cabo la Generalitat de Cataluña en el tramo catalán del río Cinca y el Segre.

Según Solé, este malestar es compartido por los alcaldes de la zona del Baix Segre afectada por la mosca negra.

Farré, por su parte, ha confirmado que, pese a los contactos reiterados mantenidos en los últimos tiempos para plantear la conveniencia de la lucha coordinada de las dos administraciones contra la mosca negra, el Gobierno aragonés no se plantea, de momento, ninguna actuación.

Por otro lado, Solé ha destacado que, en contraposición a la falta de colaboración aragonesa, hay que valorar positivamente los efectos de las campañas de fumigaciones que realiza el Consorcio de Servicios Agroambientales del Baix Ebre y Montsià en la parte catalana, que reducen notablemente la afectación de la mosca entre la población.

El pasado viernes, se realizó la primera de las fumigaciones de este año contra la mosca negra, que se vienen efectuando en los últimos años contra la mosca negra y que han reducido ostensiblemente su afectación entre la población.

La erradicación absoluta de la mosca negra es, sin embargo, prácticamente imposible, por lo que el objetivo de los tratamientos es mantener la afectación de la plaga en unos niveles tolerables sobre las personas de las zonas afectadas.