El diagnóstico sobre la movilidad en Zaragoza ha aportado cifras concluyentes para extraer conclusiones sobre las que apoyar, a partir de ahora, propuestas de mejora y decisiones políticas. En el escaso margen de cuatro meses se va a confeccionar la revisión del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) y entre las estrategias a diseñar destacan algunas de calado como es la reordenación de las líneas de autobús, que se ha demostrado ineficiente en muchos aspectos pese a haber transcurrido solo cuatro años desde la última (la hizo el PSOE en el 2013 tras adjudicar la contrata). Y otras que anticipan el futuro del transporte público en la capital como es crear al menos dos ejes de alta capacidad, «sea cual sea el modo de transporte que los cubra», para atender a los corredores con más demanda en base a los datos. Serían, en primer lugar, el este-oeste, desde Delicias a San José y Las Fuentes, y el que una Santa Isabel con el centro de la capital.

Estas son algunas de las conclusiones que extraen los técnicos de Movilidad. Ayer, dos de ellos, José Antonio Chanca y Lorena Reula, explicaron algunas de estas estrategias a fijar. Respecto a la reordenación, no apuntaron hacia qué modelo se camina, pero sí que se ha detectado que el uso de algunas vías secundarias o la distancia que a veces hay entre paradas hace que el bus pierda eficacia y sea menos competitivo.

Sin concretar ninguna medida, ya que empezarán a llegar ahora, apuntaron que la lectura que ofrecen los datos suscita retos como «alcanzar la accesibilidad universal». El índice en Zaragoza hoy, apuntaron, es «del 85%». El objetivo sería «llegar al 2028 con el 100%». Rebajes de bordillos, sobre todo, en los que se está trabajando ya cada año.

Otra línea de trabajo es la apuesta por el vehículo eléctrico. En los dos últimos años ha habido un repunte en la contaminación pero en el análisis de diez años, 2007-2017, la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera ha sido «del 20%». Urge, por tanto, atajar tendencias negativas, apuntaron, y tener en cuenta que «el 78% procede del vehículo privado». Solo el 22% la causa el transporte público.

Y, en esta misma línea, está favorecer los desplazamientos a pie. Hay que concederle al peatón más, porque el vehículo privado ocupa «el 68% del total» cuando en él se realiza solo el 27% de los movimientos cotidianos y el viandante dispone de menos de la mitad, el 30%, realizando el 24%. El bus y el tranvía, con el 46% de los viajes, ocupa el 0,4%.