El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener este jueves los tipos de interés en la zona del euro en el mínimo histórico del 0,25%, nivel en el que los situó en noviembre, pese a que ha aumentado la necesidad de actuar tras la caída de la inflación.

Los mercados estarán ahora muy pendientes de cómo reaccionará la institución presidida por Mario Draghi a la baja inflación y los riesgos de deflación y si finalmente decide tomar alguna medida, como poner fin a la esterilización de las compras de activos o nuevas subasta de liquidez a largo plazo.

La tasa interanual de inflación de la zona euro volvió a situarse en enero en su mínimo histórico del 0,7% al moderarse una décima respecto al nivel de precios registrado el mes anterior, cuando las previsiones del mercado apuntaban a una subida al 0,9%.

Además del inesperado descenso de la inflación, que contrasta con la idea del BCE de que ya había tocado suelo a finales del 2013, los mercados también están pendientes de si la incertidumbre que existe por las tensiones en los mercados de divisas emergentes y la bajada de la liquidez en el Eurosistema influye en las decisiones y en las palabras de Draghi.