Ella es una de esas chicas que va tarde a todas partes y siempre recibe reproches por ello.

Ella es una de esas que nunca acierta los días de frío y acaba dejándose la bufanda olvidada en un rincón de su habitación.

Ella es una de esas que por la noche deja que sus monstruos se adueñen de su sueño y cuando se alza el alba busca refugio entre los brazos de quien sea ignorando el peligro.

Ella es de esas que se queda dormida con las películas de domingo que echan por Atresmedia.

Se ve preciosa cuando la brisa la despeina y sonríe sin ningún pudor cuando la lluvia le pilla en mitad de Plaza España sin paraguas.

Es una chica aventurera, que vive la vida al límite recorriendo camas que no son la suya para después aprisionar sus recuerdos en un baúl.

Es una chica ambiciosa, que siempre tiene mil cosas por hacer y las cumple una tras otra sin dejar apartada su propósito de dominar el mundo a su manera.

Es una chica solitaria, que prefiere leer noticias económicas antes de poemas como ​Amor eterno​ de Bécquer porque ya lleva muchos catorces de febrero esperando a aquel príncipe azul que Disney le prometió de pequeña.

Se ve preciosa cuando despierta con la típica baba mañanera desafiando con su belleza natural a la perfección de las revistas Vogue.

Es la que levanta su mano en clase y te acribilla con la mirada por robarle la respuesta.

Es la que más llamadas hace al Telepizza todos los viernes porque según ella: «La alta gastronomía está sobrevalorada, hay que aprovechar los placeres de la vida antes de que llegue la hora de la muerte».

Es la que con sus botines de tacón alto hace ruido en el parqué y molesta a los vecinos a las seis de la mañana.

Ella es tan enigmática como la caja de Pandora, ella es la que puede despertar en ti emociones incontrolables con tan solo posar su mirada en ti, ella es el caos que todos necesitamos en nuestra vida.

«Ella es muchas cosas, pero ella no es mía ni yo tampoco suyo». Miguel Gane