La gala de los XXII Premios Max, que se celebrará en Valladolid el 20 de mayo, se desarrollará con el lema de La fiesta de la libertad para reivindicar la libre progresión y desenvolvimiento de las artes escénicas frente a trabas como la autocensura, fruto de lo «políticamente correcto».

El debate «está en la calle, tenemos que estar pendientes de que la libertad de expresión en las artes escénicas no se vea afectada por pura autocensura para no molestar a nadie al ser políticamente correctos», explicó ayer la presidenta de la presidenta de la Fundación SGAE, Ana Graciani.

«Es muy importante, en estos tiempos que corren, recordar que las artes escénicas tienen la obligación o el derecho de ser absolutamente libres y de que los espectáculos no tienen por qué ser correctos», señaló durante la presentación de la gala de los XXII Premios Max.

Las artes, insistió, «se nutren desde la libertad», por lo que «no hay que poner puertas al campo de los espectáculos».

Valladolid acogerá la ceremonia (en el Teatro Calderón, que celebra el 20 aniversario de su reapertura) de unos premios articulados en torno a diecinueve categorías y a los que concurren 359 espectáculos que involucran a unos 3.000 profesionales de teatro, música y danza. A esas modalidades se unen tres distinciones especiales: de honor, del público y aficionado o carácter social.

El 14 de febrero se conocerá el nombre de los aspirantes seleccionados como candidatos y en sucesivas fechas, aún por determinar, se procederá por una parte a declarar los finalistas y por otra a los ganadores.