La autora de la exitosa saga de novela romántica Valeria, Elísabet Benavent, ha publicado recientemente una bilogía en torno a un nuevo personaje, Sofía, protagonista de La magia de ser Sofía y La magia de ser nosotros, dos partes de una misma historia. La autora visitó Zaragoza hace unos días para firmar ejemplares en La Casa del Libro.

-¿Cómo cree que ha evolucionado su escritura desde el primer libro de ‘Valeria’ hasta Sofía?

-No sabría decir muy bien, es una cosa muy natural que va contigo, yo creo que tampoco es tanto como evolución en cuanto a forma de escribir, sino que te van pasando cosas y vas dejando más de ti en los libros. Valeria tiene parte de mí, las siguientes también, y lo que va creciendo también son los personajes, como voy creciendo yo, ya no tienen 26, 27 años, ahora tienen 32, van creciendo conmigo y vas dejando en ellos lo que has vivido

-¿Qué nos puede contar de Sofía? ¿Se parece a Valeria?

-Sofía, como todas las demás, tiene un poco de mis amigas, y de todas las chicas que he conocido en estos años, tiene un poco de mí… Pero Valeria tenía un punto más aspiracional, era completamente como me gustaría ser a mí, porque está pasando una mala época pero se levanta, no mira para atrás, y tiene inseguridades pero acaba tomando decisiones. Sofía tiene luces y sombras, tiene una parte muy humana, de inseguridades, de los miedos… Y luego tiene una parte también de cómo me gustaría ser, pero en cuanto a cosas mucho más reales, por ejemplo, cómo me gustaría a mí afrontar una pregunta que no me apetece responder, pues ella contesta con una cita célebre. Y también Sofía decide que es feliz con las cosas que tiene alrededor, y que no espera grandes cosas.

-Por lo tanto, en Sofía no hay resignación con la vida que lleva.

-No tiene resignación, al revés, se ha dado cuenta que lo contrario es cargar con un peso con el que no puede vivir, se ha dado cuenta que a veces creemos que tenemos estas aspiraciones o que no somos felices con lo que tenemos porque te lo meten en la cabeza. Ella está convencidísima de que es feliz, y además lo es.

-Muchas personas dicen que leen sus novelas porque se identifican con los personajes. ¿Qué opina? ¿Cree que esa ha sido la clave de su éxito?

-Es que esto es una ciencia incierta, nunca sabes si vas a acertar o no. Sí que es verdad que a mí me gusta crear personajes con los que la gente se pueda identificar, que tengan aspiraciones, miedos, sueños, que sean realistas. Hay ciertas cosas con las que nos gusta a todas soñar pero no nos sentimos identificadas, no sentimos tanta empatía. Cada personaje, cada historia, tiene que tirar por una forma de ser, no piensas en voy a hacerla así, sino que tú piensas una historia, y al final la historia tira hacia un tipo de personajes, y llega un momento en el que tienes la sensación de que pierdes un poco el control, son los propios personajes los que se van definiendo a sí mismos.

-Amor, sexo, erotismo, rutinas… elementos que ya ha tratado antes, ¿esta vez les da matices diferentes? ¿Habla de más temas que no haya tocado en otras obras?

-Hablo de las relaciones muy largas, de las rutinas. Nunca he desarrollado todo lo que lleva consigo una relación de 18 años. El empezar muy joven con alguien, las rutinas, el tomar decisiones por la otra persona, o el no haberse planteado nunca uno mismo cuál es el camino a seguir sino que ha seguido la corriente.

-¿Escribiría una novela con protagonistas homosexuales? ¿Cree que introducir un personaje con otras orientaciones sexuales favorece su visibilización?

-Sí, y además se está planteando para los próximos proyectos. Porque me parece que estas novelas tienen que venir a hablar de todo, y hasta ahora, aunque hay un personaje homosexual en La magia de ser Sofía, no había incluido personajes homosexuales en lo que es la trama amorosa principal de mis libros.