Vuelve la iniciativa solidaria ‘El árbol de los sueños’. Esta cuarta edición prevé ser de récord, ya que viene marcada por la crisis del covid-19 y el agravamiento de las tasas de pobreza infantil en España, «que han aumentado un 15% desde marzo», apunta la directora de la territorial Ebro de CaixaBank, Isabel Moreno. En esta ocasión, el banco ha hecho «una movilización extraordinaria», añade Moreno, «ya que por primera vez participa toda su red de oficinas» para que 25.000 niños y niñas en situación de pobreza tengan el regalo de Navidad que desean.

La entidad presidida por Jordi Gual y dirigida por Gonzalo Gortázar organiza esta campaña en colaboración con el programa Caixa ProInfancia de la Fundación la Caixa, el voluntariado de CaixaBank y más de 400 entidades sociales de toda España, 25 en Aragón.

El objetivo principal del ‘El árbol de los sueños’ es hacer posible el deseo de niños y niñas que difícilmente tendrán en Navidad el regalo que quieren por los escasos recursos económicos de su familia. Para ello, escriben una carta pidiendo lo que les gustaría recibir.

Todas esas cartas se han distribuido por toda la red de CaixaBank. Clientes y empleados pueden solicitar una de ellas y, de esa forma, contribuir a hacer realidad el deseo expresado por el pequeño. Una vez el paquete esté preparado, deberán entregarse en la misma oficina donde recibieron la carta, con una etiqueta identificativa que facilita la organización para garantizar la trazabilidad y correcta entrega.

El plazo para la recepción de los regalos finalizará el 11 de diciembre.

En Aragón, la campaña cuenta con un total de 454 cartas, que ya se pueden recoger en todas las oficinas de CaixaBank en la comunidad, distribuidas en las tres provincias aragonesas. La iniciativa llega por primera vez a todas poblaciones de Aragón donde la entidad desarrolla su actividad financiera.

En esta comunidad autónoma, la acción se desarrolla en colaboración con entidades como Federeico Ozanan, Cáritas, YMCA, las Hijas de la Caridad, el Secretariado Gitano o la Fundación El Tranvía, cuyo gerente, Javier Aribau, valora mucho «el esfuerzo que se hace para que los niños tengan sus regalos, y que no les llegue otra cosa que lo que han pedido, cuando están acostumbrados a conformarse con lo que les dan. Lo viven con mucha ilusión. Solo hay que ver sus caras cuando los reciben».