E n el escenario de los países más desarrollados, observamos con asombro el espectáculo, en algunos casos bochornoso, respecto a la puesta en marcha del proceso de vacunación en sus sociedades, todo ello provocado por la terrible cultura de la inmediatez que se ha generado en la forma de hacer política y en el día a día de nuestras vidas. Sin embargo, olvidamos que esta pandemia no es solo de cuestión de unos pocos, sino que afecta al conjunto de la humanidad, por tanto, a la totalidad de los seres humanos.

La vacunación de una pequeña parte de la humanidad no va a solucionar el serio problema derivado de la actual pandemia, que es una crisis sanitaria y de salud de proporciones globales. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) señalaba a finales de febrero que, de las más de 210 millones de vacunas distribuidas, alrededor de diez naciones contaban con el 80% de las mismas.

Hace unos días, Ghana ha sido el primer estado en vías de desarrollo en recibir un cargamento 600.000 vacunas contra el covid-19, para un país africano con aproximadamente 30 millones de habitantes. Le han llegado a través de la denominada iniciativa de vacunación Covax, cuyo objetivo esencial es que no se abandone a los países medianos y menos desarrollados en su acceso a la vacunación.

Ghana no es el único. Colombia también está recibiendo suministros de vacunas a través de la misma vía. En otros casos, como el de Bosnia y Herzegovina, se ha procedido a aportar refrigeradores para el almacenamiento de las vacunas.

La iniciativa Covax la forman Unicef, la OMS, la Coalición para la Promoción de Innovaciones en Pro de la Preparación ante las Epidemias y la Alianza para las Vacunas (GAVI). Esta plataforma público-privada, a través de un sereno planteamiento de la realidad de los países y de cómo proceder a la distribución de los viales, intenta a medio y largo plazo que se pueda proveer de alrededor de 2.000 millones de vacunas al conjunto de los estados, tanto a aquellos que puedan tener capacidad de compra de las mismas, como a aquellos que en su caso no puedan permitírselo. Y sin olvidar la necesaria preparación logística para llevar a cabo los diferentes procesos de inoculación.

En el primer semestre de este año, el objetivo de Covax es distribuir dosis para al menos el 3,3% de la población de los países receptores. Una de las cuestiones más preocupantes es que pueda reducirse el coste de las mismas, para lo que esta plataforma ha negociado con el Serum Institute of India la provisión de vacunas a precios accesibles para las poblaciones menos favorecidas y sus sistemas sanitarios.

La iniciativa Covax, en la que también participa Unión Europea, señala con claridad que no cabe otra opción posible: el proceso global de vacunación ante una pandemia mundial tiene que ser igualmente global. Se hace necesaria una observancia de unos objetivos de vacunación similares en todos los países. Sin los mismos, toda la humanidad seguirá destinada a sufrir las consecuencias del covid-19.