Con el público puesto en pie y jaleado por gritos de "¡presidente!, ¡presidente!", Mariano Rajoy presentó ayer en Barcelona el programa económico y de empleo del PP, cuyo as del triunfo es la tercera reforma del IRPF con una reducción de tipos en todos los tramos del impuesto. El candidato popular prometió rebajar el tipo máximo al 40% (ahora está en el 45%) y fijar el de las rentas más bajas en el 12% (hoy se sitúa en el 15%). "Así será --dijo-- si los españoles me dan su confianza".

El azar quiso que Rajoy anunciara la rebaja en el mismo lugar --el auditorio Winterthur-- donde el díscolo exconseller en cap Josep Lluís Carod-Rovira planteó esta semana los términos de su particular plebiscito de cara al 14-M. Si el miércoles ikurriñas y estelades engalanaban el recinto, ayer las gaviotas del PP planeaban sobre un azulísimo fondo con el eslogan Avanzamos juntos .

AYUDA A LAS FAMILIAS El aspirante a la Moncloa afirmó que esta tercera reforma del impuesto sobre la renta, que ya había anunciado en noviembre, beneficiará "a las amplias clases medias que viven de su nómina", con un aumento "sustancial" de las ayudas a las familias con dos o más hijos, discapacitados u otras personas a su cargo. La modificación considerará "prioritario" el fomento del ahorro: se introducirá un mínimo exento de 300 euros por debajo del cual los rendimientos del capital quedarán libres de tributación.

Las 700 personas que componían el auditorio --un público maduro, entre el que abundaban los relojes caros y las medias melenas en las señoras-- aguantaron con entusiasmo dos horas largas de catecismo macroeconómico.

´TELONEROS´ DE LUJO Precedido por tres teloneros de lujo que saben de la materia (el vicepresidente Rodrigo Rato, la vicepresidenta de la Comisión Europea Loyola de Palacio y el exministro Josep Piqué), Rajoy prometió también incrementar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social hasta 24.000 millones de euros, así como la creación de la agencia Invertir en España, que promocionará el país como destino empresarial.

Aun así, fue al adentrarse en las turbias aguas de la política cuando el candidato popular cosechó sus más redondas ovaciones. Hubo una frase que, en clara alusión a la competencia socialista, arrancó palmas como para animar una fiesta por bulerías: "La primera obligación de un Gobierno es no armar líos y no hacer que coyunturas políticas o problemas internos de partido nos distraigan de lo verdaderamente importante". Rajoy advirtió al PSOE de que el debate sobre la creación de agencias tributarias en todas las comunidades "no tiene sentido".

EL MARCO CONSTITUCIONAL Rajoy dijo que el marco constitucional de 1978 y la "voluntad de consenso" es lo que da sentido a España, y se autoproclamó como "el mejor presidente del Gobierno" que puedan encontrar sus ciudadanos.