No tenía mucho a favor... por no decir nada, pero le bastó un minuto (de reloj) a Javier Ibarra Ramos, «el hijo de José Luis y María Jesús», más conocido como Kase.O, para darle la vuelta por completo a un ambiente que, como poco, andaba enrarecido después de que la salida del alcalde Pedro Santisteve y del concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés, hubiera provocado un aluvión de silbidos (algo más fuertes que otras veces, ya que por momentos no se oía el tradicional Canto a la libertad, de José Antonio Labordeta con el que se abre tradicionalmente el pregón desde su muerte) de grupos de gente que, con banderas de España y silbatos repartidos para la ocasión, parecían tener una misión clara.

La realidad es que cuando Kase.O empezó a desgranar su pregón (en el que jugó mucho con la interacción con el público), la plaza pasó del ruido de protesta al ruido con el que los raperos piden aplausos a su público. Incluso los pequeños conatos de discusión que se dieron en la plaza entre partidarios de unos y otros quedaron prácticamente en mera anécdota después de que tras aludir hasta «a los extraterrestres», el chico de La Jota desgranara de dónde venía y quién era.

POR TODO EL MUNDO / «Soy un músico que ha llevado el nombre de Zaragoza alrededor de todo el mundo pero no lo hice solo, lo hice con Lírico, Hate y Rumba, Violadores del Verso», dijo entre la algarabía (ahora ya festiva) de la plaza que celebró aún más sus siguientes palabras: «¿Quién no ha ido a Cambrils o ha estado de Erasmus y le han preguntado que de dónde era? Y cuando contestabas de Zaragoza, te decían como Violadores del Verso, como Xhellaz, como Rapsusklei... Zaragoza es un sitio destacado de rap», exclamó Javier Ibarra, que recordó también que en la capital aragonesa es donde han nacido sus mejores canciones: «Es el escenario de nuestras aventuras lingüísticas y fuente de inspiración eterna. El ser respetado en el rap es gracias a haber respirado en lugares de Zaragoza (...), a su milenarío río, a sus plantas, a sus aves, a sus vivencias, frases y ocurrencias», aseguró antes de recordar a la «gente maravillosa» que se ha encontrado en bares como el Artigas, Entalto, El Zorro y Devizio.

También tuvo un recuerdo para las peñas («que le dan color a la ciudad»), para los niños a los que invitó a intercambiar ovaciones con él a la de tres, para los inmigrantes («a los que hay que recibir dulce y amablemente porque llegan a tierra extraña»), a los hombres («amor y respeto, somos algo brutos y cazurros pero tenemos corazón») y a las mujeres aragonesas «que tienen ese carácter, fuerza, decisión y esa capacidad para tirar adelante de esta tierra. Las mujeres son como flores que hay que cuidar». Y en ese momento del pregón estaba cuando reivindicó que «ellas pueden vestirse como quieran y bailar como quieran y nadie debe decirles nada porque ahora y toda la vida No es no». Y la plaza estalló en un grito común, «¡no es no!».

Para entonces, el jolgorio que se vivía en la plaza ya era importante y parecía que el mensaje de armonía del pregonero estaba calando entre la gente. Entre ella, muchos jóvenes raperos, fans de Kase.O que se habían acercado a disfrutar de uno de sus ídolos, familias, peñistas y los que habían acudido a protestar por la gestión del alcalde de Zaragoza (se escucharon varios cánticos, al principio, de «Fuera Santisteve» y «dimisión»), algunos de los cuales no dudaron en tratar de boicotear (casi) todo lo que sucedía en la plaza. Y, con matices, eso sí, todos acabaron escuchando a Kase.O, que acalló los silbidos.

GRITO DE PAZ / Aunque más allá de todo lo que dijo Javier Ibarra en el pregón, si un mensaje sobresalió por encima de todos fue el de paz. Palabra que hizo gritar a la plaza cuando se refirió a las víctimas del terrorismo, a las de las guerras, a los refugiados porque «dan más de lo que reciben y sacrifican su vida por nosotros» pero también lo gritó la plaza cuando recordó a los enfermos, «a los que no pueden estar aquí porque están enfermos, en paro, deprimidos y pasando una mala época», para todos ellos, les lanzó «paz interior» entre la locura de la plaza. «Con esta energía seguro que se cumplen sus deseos», bramó haciendo suyo una vez más un mensaje que lleva propagando en todos sus conciertos de la gira de su disco El círculo con la que está triunfando y que llevará a un pabellón Príncipe Felipe lleno (ya lo hizo el pasado mes de marzo) el próximo 13 de octubre.

Pero aun cuando ya estaba claro que iba a salir triunfando de la plaza del Pilar Kase.O, todavía quedaba la mayor no sorpresa (el pregonero ya lo había deslizado en declaraciones previas) de la noche.

Después de pedir un vaso de agua, empezaron a sonar las bases de su canción Soy de Aragón porque Kase.O estrenó un rap sobre las Fiestas del Pilar en el que no dejó sin nombrar a la Pilarica, las patatas asadas de la feria, las vaquillas, los cebezudos, la Ofrenda de flores y hasta su concierto de final de semana dentro del programa de fiestas. «La gente está feliz porque es el Pilar, las calles están llenas porque es el Pilar... ¡Soy de Aragón, soy de Aragón!». Y la plaza entera rapeó al ritmo de Javier Ibarra antes de que la plaza le aclamara con un «¡Kase.O, Kase.O!» y llegara el momento de lanzar las fiestas. «¡Viva Zaragoza!, ¡viva las Fiestas del Pilar!». Y el cohete surcó el cielo de la capital aragonesa para dar paso a los fuegos artificiales que inauguraron las Fiestas del Pilar de este año.