Tras la avalancha de acusaciones de exparticipantes a Miss Venezuela, que señalan a Osmel Sousa, exgerente del concurso de belleza, por presuntamente haberles pedido que lograran patrocinios con favores sexuales, la organización del concurso, controlada por el poderoso grupo de comunicación Cisneros, lo ha suspendido de forma indefinida. Sousa, conocido como el rey de la belleza, que renunció el pasado febrero a la jefatura de Miss Venezuela, ha negado haber mediado entre concursantes y patrocinadores que exigen sexo como pago. Por su parte, el certamen de Miss Venezuela, que se celebra desde 1952, ha rechazado las acusaciones contra Jonathan Blum, presidente de Cisneros Media, que lo señalan como responsable de la supuesta red de corrupción entorno al concurso de belleza. Y ha optado por darle al concurso un nuevo enfoque con la «reorganización completa del Miss Venezuela y la conformación de un nuevo Comité de la Belleza que estará integrado por profesionales absolutamente comprometidos».