De la misma manera que la pandemia nos ha puesto delante de nuestras propias debilidades, también ha puesto en evidencia los grandes recursos que las personas con enfermedad mental poseen. Así nos ha sorprendido como personas que carecen de una buena salud mental han sido capaces, durante el confinamiento, de mantener su estado anímico. Cómo a través de una simple llamada de teléfono han organizado su vida diaria de manera adecuada, manteniendo sus cuidados personales, la toma de medicación, etc. Cómo han entendido perfectamente la situación a la que hacíamos frente, cómo se han solidarizado sabiendo que la salud de las personas estaba en riesgo, cómo han sido capaces de cumplir las normas establecidas a rajatabla. También las familias han puesto su granito de arena, acompañando y colaborando para conseguir una convivencia armoniosa

Por todo esto, empecemos a considerar que una «buena» y una «mala» salud mental están muy próximas entre sí. Cómo en los momentos difíciles nuestra salud mental se pone en jaque y cómo las personas que consideramos que tienen mala salud mental son capaces de sacar recursos y adaptarse a las nuevas situaciones sin que su equilibrio mental se tambalee.

Hagamos un aprendizaje: dejemos de juzgar, de estigmatizar a las personas con enfermedad mental. Mañana yo puedo ser uno de ellos. Aragón sin estigma.

Más información en Ejea Sociedad Cooperativa de Iniciativa Social. Servicios en Salud Mental Comunitaria. Teléfono: 976 667 809 / 976 662 624.