Han sido muchos los meses, amable lector, en los que he omitido deliberadamente cualquier referencia a la Expo. Pero estamos viviendo unos días trascendentales para la candidatura de Zaragoza, y parece obligado introducir alguna reflexión.

Sabido es el decidido apoyo --casi entrega-- del alcalde Juan Alberto Belloch, que ha puesto todos sus activos políticos en la misma casilla de apuestas; pero la visita de la comisión delegada de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) a nuestra ciudad constituye, en el fondo, la semilla de lo que podrá ser o no el árbol de la nominación. Lo menos importante es que la decisión final de qué ciudad es elegida se conozca en diciembre: lo realmente importante es que tal acuerdo se tomará sobre la base del proyecto a presentar y, lo que es más importante, del informe que resulte de las visitas que actualmente se están girando a Zaragoza y a nuestras dos rivales, Trieste y Salónica. Todas cuentan con grandes activos a su favor; del juego subterráneo de las negociaciones depende el futuro. ¿Dominamos adecuadamente el subsuelo? Lo sabremos con el tiempo.

*Abogado