La compañía de ascensores Schindler, heredera de la clásica Giesa, va a poner fin a 70 años de producción de una industria con un fuerte arraigo en Zaragoza. Además de los 119 empleos que la empresa ha anunciado que va a eliminar, preocupa el efecto que puede provocar en empresas auxiliares. Es necesario que todas las partes implicadas, así como las administraciones competentes, hagan todo lo posible para evitar el impacto de una nueva deslocalización.