Cuando la temporada futbolística a todos niveles está dando sus últimos coletazos, unos auténticos amantes del balompié se resisten a dejar de darle a la pelota a pesar de las altas temperaturas que están azotando a la capital aragonesa. Desde el pasado lunes, más de 30 jóvenes de entre 5 a 17 años están mejorando sus habilidades técnicas en el fútbol de la mano del Campus Nayim, que se celebra en las instalaciones del CD Valdefierro hasta el próximo 12 de julio. «Es un trabajo bonito ver la sonrisa de los niños.

Recompensa todo el trabajo que hay detrás después del esfuerzo», afirmó el propio Nayim.

En su cuarta edición, el autor del tanto más importante de la historia del Real Zaragoza ha decidido embarcarse por primera vez en una aventura fuera de su Ceuta natal. «Intento devolver el cariño que me muestran cada vez que vuelvo. La gente todavía se acuerda de nuestra época y nos sigue mostrando su admiración», explica el ceutí sobre su visita a la capital aragonesa. Además de crecer como futbolistas en el césped, el campus intenta implantar en los jovénes los valores de un deporte de equipo. «Intentamos formar personas antes que jugadores, en tres semanas aprenden esos valores en los cuales insistimos todos los días», subrayó Nayim acerca del otro fútbol que se intenta inculcar desde la experiencia de los monitores.

La evolución tecnológica también ha llegado a la plantilla de la Recopa, que sigue manteniendo un contacto diario a través de un grupo de whatsapp. «Somos un grupo de amigos y que gracias a serlo conseguimos tantos éxitos. Seguimos en contacto diariamente y cuando lo necesitamos siempre estamos ahí», relató Nayim sobre la unión que todavía mantienen los componentes de la gesta del Real Zaragoza aquella mágica noche del 10 de mayo de 1995.

Junto al ceutí, los chicos y chicas pueden disfrutar de la presencia y los consejos de jugadores que han hecho historia en el fútbol español e internacional como Gustavo Poyet, Gustavo López o el Lobo Carrasco. Solamente hizo falta una llamada de teléfono para que Gustavo López después de varios años trabajando en la televisión guardase un hueco en sus vacaciones para colaborar con su viejo amigo. «Es pasión, a mí me apasiona el fútbol. En la vida me mueve la pasión y el fútbol es lo que tiene», reconoció el argentino que estuvo ayer presente en el barrio zaragozano.

El argentino, que viajará en los próximos días a Sudamérica para comentar las andaduras de Argentina en la Copa América, todavía guarda unas gotas de magia en su pie izquierdo. «Intento educarles en el deporte y transmitirles las sensaciones que uno ha vivido como futbolista dentro de un vestuario. Hay que enseñarles tanto a saber ganar como a saber perder, hay que enseñarles ese equilibrio emocional tanto en la derrota como en la victoria», analizó el que fuese exjugador del Zaragoza durante tres años y medio (1996-1999).

Después de volverse a vestir de corto el pasado domingo en el Corazón Classic Match entre las leyendas del Real Madrid y del Chelsea en el Santiago Bernabéu, Gustavo Poyet se acercó a Zaragoza. «Es muy bonito volver acá por el hecho de estar con excompañeros. Era muy fácil venir, así que no me lo pensé dos veces», explicó. La experiencia de Poyet en los banquillos ingleses le sirven para hacer una comparación entre el fútbol británico y el español. «Aquí el niño naturalmente juega a fútbol. Hay mucha diferencia porque el fútbol español es muy técnico y en Inglaterra hay mucha intensidad, nunca vas a tener un partido fácil», analiza el exfutbolista. Su exitosa trayectoria en la Premier continúa sorprendiendo a los pequeños. «Nayim me presentó y cuando dijo que jugué en el Zaragoza lo vieron algo natural pero cuando dijo que jugué en el Chelsea su cara cambió», concluyó Poyet.