Francho Serrano es un futbolista que entra por los ojos desde el primer momento en el que sus botas hacen contacto con el balón y tiene una cualidad innata que le ha hecho progresar hasta ser, la próxima temporada, jugador del primer equipo del Real Zaragoza saltándose el paso lógico del filial: inteligencia. Es la clave de todo su juego, el motivo de su pausa, la razón de su criterio, de las sabias elecciones, de su posicionamiento y su toque de balón. Ve el fútbol a otra velocidad.

En el Real Zaragoza, que le ha renovado hasta el 2024, saben que es un alumno aventajado, como en años anteriores fueron, por ejemplo, Zapater o Vallejo, futbolistas con aroma a Primera sin haber pisado aún la máxima categoría. Se intuye y se sabe. Es algo especial. Por ello, desde la próxima temporada se codeará con los mayores en el primer equipo, aunque todavía no se sabe si en Primera o en Segunda, lo que supone en todo caso un sueño cumplido: “Cualquier futbolista pequeño o que entra en la cantera quiere ser profesional y más en el Real Zaragoza, el club de tu ciudad y que ha estado apoyándote desde siempre”.

Por eso, esta situación derivada de la pandemia de coronavirus tiene a Francho ansioso, con ganas de que vuelva la acción, con sed de acabar esta temporada con el Juvenil y devolverlo a lo más alto de nuevo y cambiar el chip para la campaña más ilusionante de una carrera deportiva profesional que no acaba más que empezar. “Tienes todas las ganas de que empiece, dar el máximo de ti, devolver la confianza y dejarte todo por esta camiseta. A ver si se arregla todo esto y el año que viene llega lo antes posible y a disfrutarlo”, resaltó. Además, el centrocampista zaragozano afirmó que “es de agradecer” la confianza que le ha mostrado el club y que viene de lejos, ya que “en su tiempo subieron Guti, Delmás, Nieto, Soro, Clemente… y ahora me ha tocado a mí”.

Pero Francho se lo ha ganado, poca duda cabe ahí. Capitán de una generación de oro, el cerebro de un equipo único e irrepetible y un indiscutible en una época de ensueño. Todo ello no ha pasado desapercibido para el Real Zaragoza ni para la UEFA. El organismo premió al club aragonés por ser el mejor equipo en la UEFA For Players App, una iniciativa paralela a la Youth League y que los blanquillos ganaron porque “todo el equipo nos hemos concienciado”. Y dice mucho y bueno de esta generación que se preocupe por su futuro más allá del fútbol: “Aparte de que hay que dar ejemplo fuera del campo, es una aplicación muy interesante porque te habla de cosas como qué puedes hacer cuando finalices tu carrera deportiva. Te ayuda a meterte en el mundo de las finanzas, habla del dopaje, tu juego, la imagen y a llevar tu vida de una mejor manera siendo deportista y es interesante. Es de estar orgullosos”, expuso Francho.

A título individual, el medio aragonés fue galardonado como tercer mejor jugador del torneo a pesar de haber caído eliminado el equipo a manos de Olympique de Lyon, una condecoración nada fácil de lograr entre el gran elenco de futuras estrellas mundiales que cada año crecen en la Youth League.

Son motivos suficientes para pensar en un futuro brillante de Francho, aunque de momento le toca esperar, una calma tensa que anhela que se termine lo antes posible para comenzar con su sueño profesional. “Estoy contando los días para volver a salir a la calle, tocar un balón de fútbol sobre todo en un campo con mis compañeros y ojalá acabar la competición y conseguir otro título de Liga. Estamos aquí que no se sabe qué va a pasar. Unos dicen una cosa y otros, otra. Estamos en el borde del abismo para saber si se va a acabar o no, si va a haber ascensos y descensos… hablando incluso de Primera y Segunda, porque en nuestra categoría no hay ascensos, si hay una Copa de Campeones que te clasifica para la Youth League… A ver qué pasa”, finalizó.