La decisión del Real Zaragoza de descartar la devolución del importe íntegro de la parte correspondiente del abono correspondiente a los seis partidos que se disputaron a puerta cerrada la pasada campaña ha provocado cierto malestar en la masa social. Las peñas, a través del presidente de su federación, José Vicente Casanova, reconoce que la delicada situación económica del club haría inviable el reembolso directo, pero apela a otras posibles soluciones. «El abonado tiene sus derechos y entiende que se le debe reponer ese dinero y el club debe hacer una o varias propuestas para ello, entre las que, por ley, debe figurar el reembolso económico. Si no puede ser en metálico porque el club no lo puede asumir, a través de otras medidas como un descuento en el próximo abono», propone.

Para Casanova, la entidad debería pronunciarse ya en este sentido porque «la gente está impaciente y el club debe decir algo ya porque se ha tenido toda la paciencia que era oportuna mientras el equipo estaba compitiendo, pero ahora el escenario ya está claro y el aficionado, que también es consumidor, necesita una respuesta. La mayoría vamos a renovar, pero el abonado tiene sus derechos».

El derecho del consumidor

En este sentido, la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), se muestra contundente al afirmar que «el club no tiene la opción de devolver o no la parte de los abonos que corresponden a partidos a puerta cerrada. Otra cosa es que puede ofrecer a los abonados una compensación como por ejemplo un descuento equivalente en la temporada próxima, pero siempre será el abonado el que podrá aceptar una cosa u otra, pero resulta del todo intolerable que escudándose en el daño que supondría para el club, este pretenda trasladar a los abonados el coste de decisiones que ellos no tomaron», subraya su presidente, José Ángel Oliván.

Asimismo, el representante de los consumidores indica que «el hecho de que sean abonados y no socios convierte a los aficionados en clientes, con todos los derechos como consumidores. Si hubieran sido socios hubieran debido asumir las pérdidas, pero como clientes no deben hacerlo» e incide en que «el club no puede elegir lo bueno de un modelo sin aceptar las contrapartidas».