El equipo de Gobierno del PSOE-CHA en el Ayuntamiento de Zaragoza ha optado finalmente por reconstruir el campo de fútbol en la Romareda. Los dos socios municipales barajan únicamente la opción de levantar un nuevo estadio sobre el actual, proyecto que se ejecutará en un plazo aproximado de dos años y que podrá ser compatible con la competición deportiva. La decisión se hará oficial el próximo jueves, según aseguraron fuentes próximas a la Alcaldía.

Dos responsables del estudio de arquitectos Cano Lasso se desplazaron ayer a la capital aragonesa para explicar las bases del futuro complejo al alcalde, Juan Alberto Belloch, y al teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Gaspar. Al encuentro también asistieron el concejal delegado de Deportes, Luis Pastor, el gerente de Urbanismo, Carmelo Bosque, y el jefe de gabinete de Alcaldía, Fernando Gimeno. A este encuentro le sucedieron múltiples contactos técnicos en la Casa Consistorial.

Uno de los titulares del despacho madrileño acudió junto a un ingeniero de estructuras con el fin de detallar el innovador estadio y el nuevo entorno que han planteado por encargo del ayuntamiento. Su estudio analiza las posibilidades de transformación de los 49.000 metros cuadrados comprendidos entre el hospital Miguel Servet, el auditorio y las calles Eduardo Ibarra y Jerusalén, ahora ocupados por el viejo estadio, el Cubo de Urbanismo y un aparcamiento en superficie.

MAS INFORMES Al proyecto urbanístico se añaden otros informes de caracter económico y técnico, en los que se desarrolla los cálculos del coste del estadio y de la remodelación de su entorno, su viabilidad económica y los futuros usos terciarios de las instalaciones.

Uno de las principales incógnitas de la reconstrucción del campo en su actual ubicación parece estar resuelta gracias al estudio de Cano Lasso: se pueden acometer las obras mientras el Real Zaragoza juegue sus partidos si éstas se planifican por fases. Parte del actual campo se mantendría en pie mientras se construye el resto y, conforme avanzasen los trabajos, se trasladarían a los aficionados a la grada que ya estaría en pie. Los aficionados sufrirían las molestias a lo largo de dos temporadas.

A los argumentos técnicos del despacho madrileño se unen las experiencias ya vividas en otras ciudades españolas. Así el Betis levantó su actual estadio, el Ruiz de Lopera, sobre la base del antiguo Benito Villamarín y en Murcia se hizo lo propio con la Condomina.

El equipo de Gobierno municipal se ha decantado por la opción que defendía Chunta en su programa electoral, aunque ambas partes insistieron ayer en que aún se debe adoptar una decisión política en firme. Lo que sí está claro es que el PSOE renuncia a trasladarlo a otro punto de la capital aragonesa.