El Real Zaragoza logró tres puntos vitales ante el Mirandés, al que derrotó por la mínima (1-0), en un partido donde tuvo muy poco fútbol, aunque sí ocasiones de sobra para evitar el sufrimiento por un marcador escaso que solo movió Peybernes en un gol madrugador y casi de rebote en un córner que vale su peso en oro. El Mirandés tuvo el esférico y gobernó el pleito, pero el Zaragoza, imbuido en el espíritu de supervivencia ante todo y sobre todo, sacó adelante un duelo en el que hasta falló un penalti, esta vez por medio de Álex Alegría, que ratifica que la necesaria permanencia está en La Romareda, donde el Zaragoza ha ganado seis de los siete últimos partidos.

Ese tanto de Peybernes, un central porque los goles de delanteros parecen ciencia ficción, permite que el equipo ponga tres puntos de por medio con el descenso cuando quedan 12 jornadas. Aún resta camino para la permanencia, unas cinco victorias más, pero el paso dado ante el Mirandés, ante un enemigo de buen trato de balón pero más estético que letal, es de una importancia tremenda. El Zaragoza dejó que el enemigo tuviera el 70% de la posesión, pero ganó. Y eso es lo que cuenta.

Con la única novedad de Peybernes y sin reforzar la sala de máquinas para dejar el doble lateral zurdo y a Narváez arriba, con Francho aguardando turno en el banquillo, salió el Zaragoza y pronto golpeó a su rival. Lo pudo hacer Zapater en un robo que Narváez convirtió en asistencia para que el capitán se topara en su remate a bocajarro con un defensa, lo debió lograr Vigaray en un córner al que no llegó por un milímetro y lo consiguió Peybernes de manera casi accidental. Un córner bien botado por Bermejo lo despejó Vivian y el balón le dio en el cuerpo al francés para marcar en su estreno como titular.

Tras el gol, el segundo de córner de un zaragocista en este curso, con solo seis minutos y un arranque fulgurante, el Zaragoza le dio todo el balón al Mirandés, un equipo con talento en su línea de tres cuartos donde Javi Muñoz se movía con libertad y Pablo Martínez e Iván Martín afilaban las bandas. El equipo, con diez durante varios minutos tras ser golpeado Chavarría por Víctor en la nariz, perdía el esférico sin proponérselo y el gobierno del partido era rojillo. Álex López, en un córner en corto, e Iván Martín, en un disparo que repelió Cristian a pase del activo Cristo tras una pérdida de Bermejo, avisaron al Zaragoza, cada vez más echado atrás. Un error del despistado Chavarría provocó un remate que lamió el palo de Víctor tras dejada de Iván Martín.

El Zaragoza sufría sin el balón, con Eguaras superado en el medio y sin presencia en las alas, pero enseñó los dientes en una buena jugada de Vigaray a pase de Eguaras. El lateral profundizó y mandó un centro a Zapater, cuyo disparo se topó con la cara de Lizoain. Con una posesión claramente del Mirandés y con la banda derecha como autopista que no frenaban Chavarría y Nieto el equipo burgalés aún tuvo otra, pero Pablo Martínez disparó de forma tímida con la oposición de Vigaray, igual que hizo Eguaras ante Lizoain tras un pase de Narváez para que se llegara al descanso con esa ventaja en el marcador, pero con dudas en el juego zaragocista y sobre todo sin el balón.

Adelantó líneas el equipo tras el descanso, buscando incomodar más al Mirandés, que probó suerte con Javi Muñoz en dos ocasiones y que seguía sin ver puerta. JIM movió a Narváez a la banda y a Bermejo al centro para buscar más control, sin resultado, y José Alberto dio otro paso con Jackson para quitar a un mediocentro.

Con Francho en lugar de un Zapater ya extenuado tras un gran esfuerzo, el Zaragoza se encontró con la sentencia de penalti en una mano de Víctor a disparo de Chavarría. Narváez, que venía de fallar en Sabadell, se lo pidió y Alegría lo ejecutó al larguero. Aún maldiciendo su suerte dejó el campo en lugar de Azón y Sanabria reforzó la medular para cambiar el sistema a un 4-1-4-1. El uruguayo casi aprovechó el error de Berrocal, pero se encontró con Lizoain, de nuevo decisivo en un disparo de Chavarría. Ya no pasaron más cosas en una victoria llena de pragmatismo y supervivencia, con el vital cero en la portería, como en las últimas seis en La Romareda. La permanencia está un paso más cerca. No será el caminar más bonito para lograrla pero el fin justifica los medios en este ejercicio de vida al filo del abismo.

Ficha técnica:

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray, Peybernes, Jair, Nieto; Bermejo (Sanabria, m.82), Zapater (Francho, m.69), Eguaras (Adrián, m.91), Chavarría; Juanjo Narváez (Zanimacchia, m.91) y Alegría (Iván Azón, m.82).

C.D. Mirandés: Lizoain; Victor Gómez, Vivian, Berrocal, Javi Jiménez; Javi Muñoz, Meseguer (Barco, m.91), Alex López (Jackson, m.61); Iván Martín, Cristo (Simón Moreno, m.82) y Pablo Martínez (Djouahra, m.82).

Gol: 1-0, m.6. Peybernes.

Árbitro: Trujillo Suárez (Comité Tinerfeño). Amonestó con tarjeta amarilla a Jair, del Real Zaragoza y a Lizoain, Javi Jiménez y Víctor Gómez, del Mirandés.