Más allá de la tormenta de noticias extradeportivas del club, los jugadores del Zaragoza continuaron ayer preparando el importante partido del domingo ante el Mallorca. "Cualquiera de las tres temporadas en las que he participado en el Real Zaragoza me ha gustado más, porque estábamos en Primera. Ver así a un club con la historia que tiene el Zaragoza me duele mucho", afirmó el capitán del equipo, Leo Franco, tras el entrenamiento a puerta cerrada que tuvo lugar en el estadio de La Romareda.

Franco insistió en que piensa que un equipo de la entidad del aragonés "merece estar en la mejor liga del mundo" y señaló que su objetivo es "aportar todo" para conseguir que eso suceda. Dijo que se deben dejar a un lado las diferencias que puedan separar a los aficionados con el equipo porque "el escudo del Zaragoza es lo que va a seguir y lo demás pasa". El guardameta entiende que todo lo que rodea al club aragonés, como los problemas con la justicia de su accionista mayoritario y los ajustes económicos que se han realizado, hace que haya "un ambiente raro". "Pero tengo que pedir que nos ayuden", dijo Franco a los aficionados.

El Zaragoza, pese a su irregularidad, sigue cerca de los puestos de promoción de ascenso en una temporada en la que los equipos, según el guardameta, están mostrando "mucha paridad" y se están produciendo resultados que "no son los que se pensaban al comienzo y equipos como el Eibar, a quien nadie tenía en cuenta, están ahí merecidamente". Así pues, el capitán blanquillo admitió que el reto del ascenso se ha complicado, pero cree que el equipo está en disposición de luchar por él. "Estamos en desventaja, pero todavía queda margen para poder conseguirlo. Trabajamos para revertir esta situación y esperamos empezar ya este domingo", zanjó el guardameta.