La película no es tanto la biografía de Alma Mahler, mujer apasionada en las relaciones sentimentales y en la composición musical que quedó ensombrecida por el éxito de su marido, Gustav Mahler, como la crónica de la relación desesperada y al límite que Alma mantuvo con el pintor y dramaturgo expresionista Oskar Kokoschka después de quedar viuda. De hecho, el título original del filme es ‘Alma & Oskar’.

La acción acontece durante la década de 1910. Tumultuosos y desbordantes fueron los amores entre los dos artistas, una de esas relaciones arrebatadas repletas por igual de dicha y de sufrimiento debido los conceptos sobre el amor libre de ella enfrentados a los celos de él. Hay momentos en los que los personajes, especialmente el sulfuroso Kokoschka interpretado por un actor que confunde a veces los términos entre la pasión y el ridículo, resultan insoportables, pero forma parte del juego desmedido del ‘amor fou’. El metraje es corto, 88 minutos, pero la sensación es que se han eliminado pasajes quizá no tan superfluos para entender mejor los vaivenes de la pareja. 

El director, Dieter Werner, pinta bien el contexto histórico: las nuevas formas artísticas, la ruptura con los cánones que representan tanto Oskar como Alma, las caducas convenciones de la burguesía de la época y el estallido devastador de la primera guerra mundial y el efecto que tuvo principalmente en Kokoschka.