El restaurante de referencia de Cariñena se ubica en una antigua farmacia decorada en consonancia y habilitada con diferentes comedores y reservados, siempre para un número no muy elevado de clientes. El restaurante ha hecho el tránsito a la segunda generación con Clara Cros, hija del matrimonio fundador Nati Lacal y Silvestre Cros, instalada al frente de la cocina. Su propuesta es radicalmente aragonesa, recuperando algunos platos desde la pura tradición e innovando y actualizando el resto, buscando siempre ofrecer productos con origen y cercanos, de la misma zona en que se ubica. Suele ofrecer un menú aragonés de degustación, especialmente recomendable. Constante atención también a la cocina del vino y servicio amable y personalizado. Mantiene una espléndida bodega con los vinos de Cariñena como estandarte.