EL VADEMECUM DEL AVE

Nadie lo diría a juzgar por su inquietud vital, pero JAP es un periodista de digestiones lentas. Desde que empieza a mascar la noticia hasta que la digiere pueden pasar muchos días si alguno de los ingredientes que baraja no está bien cocinado. Hervores lentos y paciencia --algo que él aún no controla del todo--, son la clave de la elaborada información que ofrece, por eso las vicisitudes de la línea del AVE han puesto a prueba su estómago: nadie se imagina los jugos gástricos que ha tenido que hacer hasta servir en la primera página de EL PERIODICO las distintas informaciones que ha firmado sobre la alta velocidad.

JAP es Jorge Alonso Pérez, y desde que su madre le parió periodista hasta ayer, cuando la Asociación de la Prensa de Aragón le concedió el premio del 2003, ha dado sobradas muestras de que su trabajo, por encima de los artificios y servidumbres que tiene esta profesión, es un servicio público. Con ese espíritu trabó la información sobre los graves problemas de asentamiento que tenían las vías del AVE en el tramo de Pina, de manera que cuando unas horas después el ministro Alvarez Cascos negó la información, JAP ya tenía respuesta en forma de pruebas contundentes. No ha habido dolina, sima o yesífero de los que salpican las vías del AVE que se haya resistido al buen hacer profesional de JAP, por lo que Fomento, muy a su pesar, ha tenido que modificar su trabajo y hasta su línea de conducta. Un día, de coña, le bauticé como el vademécum del AVE. Pero es mucho más: es un periodista como la copa de un pino al que los compañeros han reconocido su trabajo. Palabras mayores.