La puesta en marcha de la línea del AVE Lérida-Barcelona constituye un avance decisivo de la red de alta velocidad en la que se integra Zaragoza. La capital aragonesa dispondrá por el momento de veintiún trenes que la comunicarán diariamente con la Ciudad Condal. El trayecto Zaragoza-Barcelona se hará en una hora y cincuenta y un minutos e incluso en hora y media, una hora menos que en la actualidad.

Zaragoza todavía no ha sido capaz de aprovechar al cien por cien las sinergias que está creando el AVE. Con un servicio quizás restringido a sectores sociales acomodados (el billete sencillo a Barcelona costará 57 euros) pero indudablemente confortable y rápido, la alta velocidad ferroviaria va a cambiar paulatinamente nuestros actuales conceptos del tiempo y de la distancia. Los está cambiando ya.

Aunque no todo serán ventajas: si la capital de Aragón mejora y diversifica sus comunicaciones gracias al AVE, éste también pondrá los medios para que nuestra ciudad pueda ser pasada por alto. Viajar en AVE entre Barcelona y Madrid será competitivo con el avión. A partir del día 20, las dos grandes urbes españolas estarán a poco más de dos horas y media, lo que multiplicará sin duda los viajes directos incluso con ida y vuelta en el día. No olvidemos esa circunstancia, que puede contribuir a dejarnos de lado.

NUEVAS OPORTUNIDADESTodo indica que Renfe irá ajustando a partir de ahora su oferta a la demanda real y que tiene margen suficiente para mover las tarifas y las frecuencias. De la misma manera, Zaragoza, que se dispone a dar en el 2008 un salto cualitativo muy ambicioso, debe multiplicar su oferta y consolidarse como uno de los elementos centrales de esa malla de alta velocidad ferroviaria que se va extendiendo por toda España.

Con los veintiún trenes a Barcelona y los treinta y siete que van y vienen de Madrid, con la entrada en funcionamiento de nuevas máquinas y vagones, Zaragoza es ya de hecho una conexión importante.

El AVE nos ha dejado a cuatro horas y media de las capitales del Sur andaluz (y este tiempo aún se reducirá en el futuro) y a un paso de Lérida y Tarragona. Si se logra que Renfe mantenga y amplíe su oferta y abarate los abonos para quienes deben viajar a diario, la movilidad personal se incrementará prodigiosamente. Llegará (ha llegado ya) una nueva era de oportunidades para las ciudades y los territorios que sepan estar a la altura de las circunstancias.