El Ministerio de Medio Ambiente, que dirige Rosa Aguilar, está valorando alternativas al embalse de Biscarrués, una obra reclamada esencialmente por Riegos del Alto Aragón, ante los informes negativos sobre la presa. Los estudios que avisan de los riesgos abren la posibilidad de que se judicialice el proceso de obras, lo que originaría más retrasos. Y visto lo ocurrido con proyectos como el de Santaliestra --que al final se abandonó--, da la impresión de que el ministerio quiere curarse en salud. Su alternativa pasaría por la construcción de seis balsas cuya capacidad equivaldría a la del actual proyecto, que incluye embalse y cinco balsas. Desde la DGA se defiende el pantano y hasta se duda de las competencias de Fomento para emitir un informe que da alas a los contrarios al embalse. Es evidente que comienza un pulso. Ojalá acabe en acuerdo.