Opinión | FIRMA INVITADA

¿Dónde está la naturalización de Zaragoza?

Si leemos los documentos aprobados por el Ayuntamiento de Zaragoza –Estrategia de Biodiversidad, Plan Director de la Infraestructura Verde– y los premios que recibe entenderíamos que es una ciudad que cuida sus árboles y que potencia la biodiversidad. El papel todo lo aguanta, pero hay que pasearse por la ciudad y comprobaremos que no es oro todo lo que reluce.

Zaragoza nunca podrá ser una ciudad donde predomine el bosque

Zaragoza se ubica en el centro del Valle del Ebro, con condiciones de aridez y climatología extrema, que ocasionan que la vegetación predominante sea matorral estepario, con alto valor desde el punto de vista de la biodiversidad. Los bosques como vegetación natural, se dan predominantemente en las orillas de los ríos en forma de los denominados sotos de ribera y algo de monte mediterráneo fundamentalmente en Peñaflor. Por tanto, cuando se habla de Bosque de los Zaragozanos, se confunde la terminología induciendo a la población a errores. No es lo mismo una plantación de almendros o de arboles variados que un bosque.

Zaragoza no cuida y protege sus bosques de ribera

El término municipal de Zaragoza cuenta con 600 hectáreas de sotos ribereños en el Ebro, sin contar el Gállego y el Huerva, bosques que no necesitan ser regados y que proporcionan sombra, humedad, depuran las aguas, son refugio de vida silvestre y tienen efectos positivos en la salud de las personas.

En nuestra opinión, estos son los bosques que habría que cuidar en primer lugar y darles continuidad con nuevas plantaciones. En estos momentos se habla de la recuperación del Huerva pero queremos destacar que dadas las condiciones de este río, con fuertes pendientes y estrechez del soto, si no se hace con sumo cuidado, podremos eliminar el espacio de arbolado existente a su paso por la ciudad y tan importante en estos momentos de aumento de temperaturas.

Nos enteramos por los periódicos, dado que no funcionan los mecanismos de participación, que se van a plantar arboles en el Canal Imperial, en las zonas de Garrapinillos y Valdegurriana pero no se mejora y reforma la zona del Canal entre Terraza de Pina y Cabezo Cortado, una demanda ciudadana de hace más de veinte años.

El bosque de los zaragozanos no protege ni aumenta el arbolado urbano

Se señala que con el Bosque de los Zaragozanos está aumentando la superficie arbolada en la ciudad, que nos proporciona sombra y nos protege de las olas de calor, pero en nuestra opinión no está ocurriendo así. Buena parte de las plantaciones se han realizado en los montes de Peñaflor y otras en lugares de la estepa donde nunca deberían haberse realizado dado que han alterado el hábitat de especies protegidas.

Al igual que en tiempos pasados, donde estaban de moda las plazas duras, Zaragoza sigue apostando por este modelo, como son la plaza situada delante de IberCaja, la plaza Santa Engracia, plaza Salamero, la eliminación de árboles de gran porte en la ampliación del Parque Pignatelli y de forma similar en la plaza Mayor de San José, etc. Mientras en otros lugares se levanta el cemento, - en París se plantea levantar el 40% en sucesivos años- por el incremento de temperaturas que provoca, aquí seguimos ignorando el efecto en la salud que ocasiona este modelo de urbanismo.

Pero igualmente ocurre con las remodelaciones de calles en donde en lugar de mantener el arbolado existente se opta por cortar y tirar al contenedor y plantar otros nuevos como es el caso, entre otras de la calle Manifestación. La ciudad necesitaría plantar miles de arboles en muchos de sus barrios y plazas como el barrio de Delicias, la plaza Lolita Parra en el barrio Oliver, la plaza Albada en el barrio de la Jota, la renovación del entorno de la vieja estación del Norte, la reforma del Parque del Tío Jorge para compensar los cientos de arboles perdidos para desarrollar el Plan Director de 2022, la reforma de la plaza Pedro Nolasco, con unanimidad de todos los sectores en llevarla acabo, la renovación del Parque de la Paz demandada desde hace tiempo por las Asociaciones Vecinales y así podríamos alargar la lista sobre la falta de sombreados en calles, plazas y juegos infantiles. Vemos como el presupuesto se destina de forma prioritaria al centro urbano mientras se abandonan los barrios.

Zaragoza no educa con el ejemplo: actuaciones de usar y tirar

Recientemente hemos visto cómo se realizó una alfombra de césped artificial en la plaza del Pilar para un uso de un fin de semana o las guirnaldas de flores de plástico colocadas durante breves semanas y que posteriormente fueron a las basura. Además del despilfarro económico que ello supone, no entendemos que en una ciudad que habría que educar de que el césped no es el modelo a utilizar en una perspectiva de cambio climático, se presenten estas propuestas contradictorias.

A ello debemos añadir el programa Zaragoza Florece, con miles y miles de flores de usar y tirar. Podríamos comprender que al llegar la primavera se realizaran eventos en diferentes parques de la ciudad, y no siempre en el mismo y con plantaciones que se mantuvieran en el tiempo mejorando el espacio y su naturalización el propio Parque Labordeta se podría haber recuperado con ese presupuesto el abandono del Rincón de Goya construido por Mercadal . Lo que no nos parece educativo ni ético que se haga de esta manera. Al final del evento, todo a la basura. ¿Qué presupuesto ha supuesto ? Sabemos que para la naturalización de todos los patios de recreo de esta ciudad se han destinado 100.000 euros. En la modificación de presupuesto municipal reciente se va a aumentar en 550.000 el presupuesto destinado a luces de navidad por lo que ascenderá a 1.300.000 lo destinado para este año. ¿Dónde están las prioridades de esta ciudad? ¿Y dónde está una verdadera naturalización?

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