Visitar al colista siempre es un arma de doble filo. Para el Real Zaragoza lo es acudir al Carlos Tartiere este domingo (18.30 horas) con su condición de invicto y tercero tras jugar seis partidos y estando pendiente el aplazado en Fuenlabrada. El enemigo está lleno de dudas y de nervios porque el Oviedo, que pensaba en otras miras como el 'playoff', se encuentra sin victorias, con dos puntos en la tabla y último clasificado, con un entrenador ya en el camino, con el adiós de Sergio Egea y la llegada de Javi Rozada desde el filial, y con siete jornadas en las que ya se han oído cánticos contra el Grupo Carso, propietario del club asturiano, y artífice por medio del poder económico de Carlos Slim de que la entidad recuperara brillo estos años tras caer al pozo en el principio de este siglo. A ese escenario, quizá menos caldeado con la leve mejoría con Rozada, llega un Zaragoza que ha comenzado con buenas sensaciones y aún mejores resultados, aunque se atascara en la pasada jornada ante el Lugo, a lo que contribuyó la ceguera del colegiado Areces Franco, enviado directamente a la nevera.

El caso es que el equipo de Víctor quiere recuperar ese tropiezo en casa, donde antes había logrado tres triunfos, sumando de a tres en el Tartiere y dejando claro que siempre es mejor medirse a un colista en urgencias que hacerlo ante equipos mejor clasificados. Su historia reciente no lo dice tanto. Desde que bajó a Segunda, se ha medido en trece ocasiones a un rival con el agua al cuello del farolillo rojo y solo ganó en seis. Así que haría bien en no relajarse ni un ápice porque además el rival tiene más fútbol del que ha demostrado, aunque es verdad que las dudas defensivas le están devorando.

Un dibujo nuevo

Para aprovechar esas dudas y también porque en la estrategia aérea está la fortaleza del Oviedo se intuye que Víctor aparcará en esta jornada el rombo en la medular. Lo dejó entrever y la baja del lesionado James también invita a pensarlo. Con Kagawa como mediapunta y Luis Suárez y Dwamena arriba como fijos, si bien el colombiano jugaría entrando por banda izquierda, quizá sea el momento para Papu, mientras que en la medular Eguaras, Guti y Ros se disputarían dos puestos en el doble pivote. Teniendo en cuenta que este semana hay doble compromiso casero (Málaga el jueves y Cádiz el domingo) y que la gasolina física de Eguaras no es su mejor virtud no es descartable que sea el elegido para quedarse fuera. Si jugaran los tres, el que se quedaría en el banquillo sería Papu y Guti actuaría más escorado a la banda derecha.

Delmás ocupará seguro el puesto de Vigaray, también lesionado y clave por arriba en defensa, en el lateral derecho. Víctor se ha llevado a Oviedo a cuatro centrales con la novedad de Guitián, del que dijo que no está aún al 100%. La fortaleza aérea del Oviedo con Ortuño, Joselu, que no apunta a titular, y buenos centrales rematadores, como Carlos Hernández, también la remarcó el técnico. Una opción para frenarla es jugar con tres centrales con la entrada de Clemente junto a los fijos Atienza y Grippo, pero no parece factible. Víctor, de hecho, solo ha jugado con tres atrás estando en el Zaragoza en esta etapa contra un rival tan específico como el Cádiz. Si se decide a juntar de nuevo a tres centrales, Delmás y Nieto ocuparían los flancos y entre Eguaras, Ros y Guti saldrían de nuevo dos porque el trío de arriba es inamovible.

El rival, flojo en defensa

El Zaragoza, que quiere seguir invicto y arriba en esta Liga (ahora es cuarto), tiene que salir al Tartiere con la valentía de saberse en mejor momento que su enemigo, que ha encajado nada menos que 13 dianas en siete citas y que demuestra una terrible inconsistencia para administrar sus rentas en el marcador. Es factible que el Oviedo, donde Arribas es la única baja por lesión y Rozada ha agitado la convocatoria, salga en tromba en los primeros minutos. El Zaragoza intentará gestionar la ansiedad del rival, teniendo en cuenta que posee una enorme capacidad para ir al espacio, con Luis Suárez y Dwamena, una dupla que puede hacer mucho daño a la flojera asturiana y que seguro que ambos tendrán metros para exhibir sus dotes con Kagawa, que lleva dos dianas, por las cuatro del colombiano y las dos del ghanés, en ese trío de músculo ofensivo.

El japonés aseguró que el equipo tiene margen de mejora, pero ese crecimiento que lleva lo está asentando con unos buenos resultados y el partido de hoy abre un exigente calendario con seis citas (Oviedo, Málaga, Cádiz, Numancia, Fuenlabrada y Mirandés) en tres semanas, en 21 días. Para empezarlo de la mejor manera hay que ganar a un Oviedo con el exzaragocista Ortuño como referencia con cinco goles y buenos jugadores en ataque, como Sangalli, Berjón, Bárcenas o Joselu. El examen del colista no puede convertirse en una trampa.