Mientras pasan los días el monumental lío que provocó la suspensión del Deportivo-Fuenlabrada jugándose el resto de la última jornada provoca una mayor sensación de que está en el aire el 'playoff' que espera al Real Zaragoza, tercer clasificado, y que aún no sabe ni las fechas ni el rival, si el conjunto madrileño o el Elche, ahora sexto a la espera de si se juega ese duelo que se aplazó por el positivo de varios jugadores y miembros del club madrileño. De hecho, la cifra ya está en 16, la mayoría futbolistas. Es, sin duda, el club coruñés el más combativo en todo este lío. De hecho, solicitó a la Federación Española de Fútbol que imponga medidas cautelares y paralice la competición hasta que se resuelvan los recursos. En su escrito de petición solicita que se detenga la tramitación de ascensos y descensos y la ampliación de la categoría.

El Deportivo exigió que se repita la última jornada por «vulnerar y adulterar gravemente las normas de la competición y el normal desarrollo de la misma», mientras que la Federación ya abrió una causa disciplinaria contra el Fuenlabrada, tras las solicitudes del club gallego, el Elche y el Numancia, por los perjuicios que les supuso la suspensión de ese encuentro. La RFEF ve indicios razonables de la comisión de una infracción y ese expediente, que aún tardará en cerrarse, puede acarrear perder el partido, con lo que el Elche sería el sexto clasificado, y hasta la categoría para el conjunto fuenlabreño si se aplican los artículos 68 y 74 del Comité Disciplinario.

¿Y el Zaragoza? Guarda un más que palpable silencio en medio de esta tremenda incertidumbre. No hay entrevistas, el club no se ha posicionado, más allá de expresar en privado el perjuicio de la incertidumbre y de reconocer, en público, como ya hizo Víctor tras el partido y como hacen los jugadores en las declaraciones que pasa cada día el club de un miembro de la plantilla, que el retraso les viene muy bien para recuperar sensaciones y jugadores con molestias o lesionados. Mientras, el técnico zaragocista dio el jueves tres días de descanso a la plantilla y hasta el lunes no volverá al trabajo.

El Girona, por ejemplo, que tiene que enfrentarse al Almería en la otra eliminatoria, ha dado cinco días de descanso a sus jugadores y el Elche, que aún no sabe si tiene que jugar esa promoción, volvió al trabajo el jueves y sigue con sus entrenamientos, como el Almería, pero la sensación de todos ellos es que la madeja cada vez está más enredada.

La Federación, por ejemplo, no está muy por la labor de que el partido aplazado se llegue a jugar, aunque en la postura de LaLiga aún está hacerlo. Eso sí, la confirmación de seis positivos más el jueves complica aún más que se dispute. La fecha que se deslizó desde la patronal de los clubs era el 30 de julio y que los 'playoffs' serían en una primera eliminatoria del 2 al 5 de agosto y en la segunda del 8 al 11. Con el paso de los días, esa posibilidad, si depende de que se juegue el Deportivo-Fuenlabrada, va cayendo cada vez más en un imposible, aunque solo sea por la cuarentena que deben guardar los jugadores contagiados.

Mientras el Elche hace valer su reclamación de jugar los 'playoffs' y el Numancia pide una Liga de 24 sin los descensos del Deportivo y el conjunto soriano y hasta el Racing hizo una proclama para dejar la competición en 26 sin que Laliga y la Federación se pronuncien y hay que recordar que el CSD cargó duramente contra la patronal de los clubs por permitir el viaje del equipo a La Coruña y por la falta de información de LaLiga.

La sensación en el fútbol español es que el lío es monumental y que nadie sabe cuándo y cómo se va a disputar la promoción, al margen que en el retorno de la competición tampoco se fijó cuál era el procedimiento para decidir ascensos o descensos en caso de una nueva suspensión y de que no se pudiera jugar más, aunque solo fuera como en este caso los 'playoffs'. Con todo, flota en el ambiente que al final sea el Fuenlabrada el que pague los platos rotos de todo lo sucedido aludiendo a esas infracciones graves del Código Disciplinario, pero eso no deja de ser una impresión general.